Los servicios energéticos sufren cotidianamente un aumento en sus costos, por lo que siempre es una buena noticia cuando surgen inventos que pueden ahorrar lo que se pueda llegar a pagar en sus facturas. En ese sentido, una familia argentina desarrolló una solución práctica y accesible para combatir el frío sin gastar una fortuna en gas. Se trata de una estufa que no requiere gas ni electricidad, y utiliza como único combustible el alcohol etílico.
Este sistema, además de ser portátil y económico, se presenta como una alternativa sustentable frente a las fuentes de calor convencionales. No necesita instalación, no genera emisiones contaminantes y puede utilizarse en distintos ambientes sin riesgos asociados al monóxido de carbono.
Detrás de esta innovación están Matías Di Tomaso y su padre Gabriel, quienes con ingenio y perseverancia lograron crear un dispositivo eficiente, seguro y con una vida útil prolongada. Su invento ya se fabrica y comercializa en nuestro país.
Así es la estufa que funciona con alcohol
Diseñada para operar únicamente con alcohol al 96%, esta estufa representa una forma completamente distinta de darle calefacción a espacios. Su combustible puede derivarse de la caña de azúcar, cereales o melaza, lo que la convierte en una opción de bajo impacto ambiental. A diferencia de los sistemas tradicionales, no precisa estar conectada a la red eléctrica ni al suministro de gas.
El corazón del funcionamiento está en sus quemadores especiales, que no solo previenen derrames, sino que también permiten regular la intensidad del calor. Algunos modelos están equipados con ruedas, lo que hace más fácil su traslado de un ambiente a otro, evitando así la necesidad de múltiples unidades en una misma vivienda.
La estufa permite contar con un plus interesante fuera del invierno: si se le añade aceite de citronela, puede transformarse en un eficiente repelente de insectos para el verano. Esta funcionalidad la convierte en una opción práctica durante todo el año.
La empresa familiar Di Tomaso Design fabrica actualmente dos modelos. Uno tiene una capacidad de 3000 kcal/h, ideal para espacios de hasta 30 m²; el otro alcanza las 4000 kcal/h y puede calefaccionar ambientes de hasta 40 m². Ambos productos cuentan con una durabilidad superior a los diez años y no requieren mantenimiento.
Pese a dificultades como el incremento en el costo del alcohol durante la pandemia, la familia Di Tomaso logró sostener el proyecto e incluso abrieron un showroom en el patio de su casa para que las personas puedan ver la estufa en funcionamiento.
Además de su bajo costo operativo, este sistema ofrece beneficios muy importantes. Por ejemplo, no emite monóxido, utiliza un recurso renovable, se puede mover fácilmente y no depende de tarifas. Hoy se comercializa en todo el país, y se puede obtener información sobre los productos a través de sus redes sociales o contactando directamente a la empresa.