El informe Global 100 elaborado por la Liga Antidifamación (ADL) reveló que el número de argentinos con prejuicios contra la comunidad judía se multiplicó en los últimos diez años: de 6.8 millones de adultos con actitudes antisemitas que había en 2014, actualmente la cifra alcanza los 12.8 millones.
El trabajo, realizado en colaboración con Ipsos y otros expertos, plantea 11 afirmaciones que los encuestados califican según su grado de acuerdo, con el fin de medir sus creencias sobre los judíos. A través de este método, la investigación busca desentrañar percepciones sociales sobre la comunidad, abordando aspectos como poder, identidad e influencia en diversas esferas.
Aunque a nivel global también se experimentó una suba de esta conducta, los números en Argentina son alarmantes: un 88% de los adultos mostraron conformidad con al menos una de las 11 sentencias antisemitas, lo que se traduce en un salto del 24% al 38% en la proporción de argentinos con prejuicios sobre la comunidad en la última década.
En cuanto a las afirmaciones, la idea de que los judíos tienen un poder desmesurado en el ámbito de los negocios obtuvo el respaldo del 61% de los encuestados, un aumento de 10 puntos con respecto a 2014. Además, la creencia de que los judíos tienen excesiva influencia en los medios de comunicación alcanzó un 37% en 2024, muy por encima del 28% observado en la región.
Además, el 46% de los argentinos opinan que se habla “demasiado” sobre el Holocausto, un aumento mínimo respecto a 2014 pero que refleja una falta de conocimiento histórico y alimenta la subestimación de uno de los crímenes más atroces de la historia.
En tanto, el 58% cree que los judíos son más leales a Israel que a Argentina, una idea que creció significativamente desde el 42% registrado en 2014. El estereotipo, profundamente arraigado, evolucionó con la creación del Estado de Israel y refuerza la percepción de que los judíos son ajenos a la comunidad local.
“Los judíos son responsables de las guerras mundiales” es una idea que duplicó su respaldo en los últimos diez años, una frase que genera preocupación.
En este contexto, la retórica política y el discurso público parecen contribuir a la perpetuación de estas creencias. Para Marina Rosemberg, vicepresidenta de la ADL, los líderes políticos deben asumir la responsabilidad de liderar la lucha contra el antisemitismo y promover una sociedad más inclusiva.
Según Rosemberg, combatir el antisemitismo también es enfrentar cualquier forma de discriminación y odio hacia otros grupos minoritarios y para esto es esencial que los gobiernos trabajen junto con colectivos diversos para proteger a todas las minorías y fomentar la convivencia democrática.