Elegir el vino adecuado para acompañar cada tipo de carne puede transformar por completo la experiencia gastronómica. Aunque la recomendación general suele ser inclinarse por tintos, los matices cambian según el tipo de carne, su preparación y las salsas que la acompañan. Conocer estas combinaciones permite resaltar sabores y disfrutar de maridajes más armónicos.
El vino no solo cumple una función decorativa o de tradición, sino que puede potenciar los aromas y la textura de cada plato. La cocción, tanto en la parrilla, al horno o a la plancha, y los ingredientes que intervienen en la receta son muy importantes al momento de seleccionar el varietal ideal. Por eso, más allá de los clásicos Cabernet o Merlot, existen opciones precisas para cada ocasión.
Desde carnes rojas intensas hasta aves más suaves, pasando por corderos, cerdo o chivitos, cada elección puede realzarse con un vino particular. Entender esta lógica de combinación permite disfrutar con mayor conciencia del ritual de comer y beber bien.
Qué vinos son los mejores para combinar según la carne
- Carne cruda o con una mezcla de condimentos: Preparaciones como el carpaccio o el steak tartar, por su delicadeza y frescura, maridan mejor con vinos de cuerpo medio o rosados aromáticos. Ejemplos recomendados son un Merlot joven o un rosado frutado como el Casillero del Diablo Rosé.
- Carnes a la plancha: Para cortes simples cocidos sin salsas pesadas, como el bistec a la plancha, se aconsejan tintos secos de cuerpo medio. Si se condimentan con pimienta, conviene un vino con mayor estructura, como un Carmenere robusto.
- Parrilla: La carne de res al asador combina bien con varietales de gran carácter como Malbec, Syrah o Cabernet Sauvignon. En el caso de aves, los tintos más ligeros como el Pinot Noir son ideales. Para cortes de ternera, el Merlot logra un buen balance.
- Asado al horno y platos concentrados: Los sabores profundos del ossobuco, el roast beef o carnes horneadas lentamente requieren vinos intensos, con cuerpo y complejidad, como el Cabernet Sauvignon, el Syrah o el Malbec. La cocción prolongada saca lo mejor de los vinos más concentrados.
- Cerdo: Es una carne versátil, compatible tanto con tintos suaves como con blancos con paso por madera. Si la receta incluye frutas o salsas dulces, se recomienda un vino de taninos dulces como un Syrah o Carmenere.
- Ternera: Al ser una carne suave, se sugiere acompañarla con tintos ligeros y jóvenes como un Pinot Noir, o con blancos de mediana estructura como un Chardonnay con crianza.
- Salchichas: Su variedad de ingredientes y condimentos se adapta mejor a vinos tintos ligeros, ideales para resaltar sin saturar el paladar.
- Cordero y chivo: Estas carnes más grasas o de sabor intenso maridan con tintos estructurados. Para corderos jóvenes, un Shiraz afrutado es ideal. En ejemplares adultos o en el caso del chivo, se recomiendan tintos maduros y de cuerpo como el Merlot o el Malbec.
- Aves: Las carnes blancas como pollo o pavo aceptan tanto blancos como tintos suaves, pero si hay guarniciones especiadas o dulzonas, los vinos deben acompañar esa intensidad. Para el pato, se sugiere un Syrah o Cabernet de estructura firme. Las aves de caza, como faisán o perdiz, exigen vinos más complejos según la intensidad del sabor.