Milei pegó en el Congreso para defenderse y ruega al Fondo para salvar su plan

El Presidente no tiene reversa y avanza con virulencia para dejar atrás la estafa cripto, pero, sobre todo, la falta del acuerdo con el FMI, que hace tambalear la economía.

Nadie que haya visto estos casi 15 meses del gobierno de Javier Milei puede sorprenderse por su discurso de ayer, frente a una asamblea legislativa diezmada, ni por sus decisiones de la última semana. El Presidente enfrentó las consecuencias de su participación en la estafa de San Valentín con la única táctica que conoce: atacar y redoblar la apuesta.

Como los veloces tanques Sherman norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial, el libertario no tiene reversa. No hay marcha atrás, no hay posibilidad de pedir disculpas, de reconocer errores o de abandonar posiciones. Milei es el lema TINA (“there is no alternative”) hecho persona y -por extensión- ese es su método de gobierno.

Está claro que, además, el escándalo de las cripto monedas y su repercusión mundial entraña algo más que un error o la posibilidad de revisar una posición intransigente. Hay detrás de las publicaciones periodísticas y las investigaciones judiciales que se llevan adelante en varios países, la sospecha de un delito por parte del presidente. Pero la táctica no cambió y respondió a la crisis con una profundización de la deriva autoritaria que ha sido muy señalada en las últimas horas.

La designación en comisión de dos jueces de la Corte por decreto a horas de que comiencen las sesiones ordinarias del Senado y la amenaza de intervenir la provincia de Buenos Aires están entre los hechos más preocupantes de un gobierno que ha acostumbrado a la sociedad a convivir sin un presupuesto que haya sido discutido en el Congreso.

De hecho, el balance del primer año de Milei es lapidario en este sentido. Según se desprende del informe del Directorio Legislativo, se aprobaron solo 44 leyes, la cifra más baja en un primer año de las últimas 4 presidencias. De ese número, solamente 8 pertenecen a proyectos de la oposición. Entre ellos se encuentran la nueva fórmula jubilatoria y el presupuesto universitario, leyes vetadas por el presidente. Los decretos de necesidad y urgencia acudieron, muchas veces, en reemplazo de la discusión parlamentaria.

Milei en el Congreso

A comienzos de año señalábamos que existía un peligro muy palpable de fujimorización de la política argentina. El gobierno de La Libertad Avanza no necesitó eso. Milei consiguió lo que quiso del Congreso a fuerza de vetos, prebendas, negociaciones espurias y, sobre todo, el aprovechamiento del anti peronismo que corroe los cimientos de la política vernácula.

Para buena parte de la dirigencia política y de los medios de comunicación es menos vergonzante votar contra el pueblo que junto al kirchnerismo. El caso Kueider es un gran ejemplo de esto. Pero también lo es de otro elemento y es que, como en otras oportunidades de la historia, los proyectos anti populares requieren de legisladores dispuestos a ser corrompidos para vulnerar la voluntad popular que los colocó allí. La naturalización en medios y redes de situaciones inaceptables para la convivencia democrática más básica ocultan de modo imperfecto la deriva autoritaria que mencionábamos.

De hecho, todo el peronismo de la provincia de Buenos Aires reaccionó de modo extrañamente unificado al ataque que el presidente hizo a la figura de Axel Kicilloff. El propio gobernador rechazó “el sueño autoritario del presidente” y anunció una denuncia penal para que se investigue si Milei no cometió delitos contra el orden constitucional y los poderes públicos de la provincia al exigirle que renuncie y amenazar con una eventual intervención federal.

No fue el único. El partido justicialista bonaerense, a cargo de Máximo Kirchner, denunció “falta de respeto a la democracia” e intento de golpe institucional contra la provincia y Kicilloff. Tanto el PJ de Buenos Aires como Sergio Massa, atribuyen el ataque a “un estado de desesperación” por la repercusión internacional que está teniendo la participación del presidente en la estafa de San Valentín. El ex candidato a presidente de Unión por la Patria publicó en la red social X: “La propuesta desesperada de Milei de intervenir la provincia, acorralado por el escándalo de su estafa (hoy tapa del New York Times), no es una respuesta a las víctimas de la inseguridad.(…) Por eso, le pedí a todos nuestros legisladores nacionales, provinciales y a los intendentes que acompañen al gobernador en su respuesta”.

Recinto 1 marzo 2025

En efecto, en el periódico norteamericano se publicó la revelación de que más empresarios del mundo cripto recibieron pedidos de dinero para ver a Milei. Como vemos, el contraataque del presidente, parece haber generado un efecto colateral bastante lógico: reunificar a las tribus peronistas bonaerenses, aun con sus diferencias no resueltas y los pases de factura por la derrota de 2023 todavía no finalizados.

Pero quizás, esta profundización autoritaria y los anuncios rimbombantes no estén sólo relacionados con intentar tapar la agenda que lo complica con otros temas. Ni siquiera con la economía, que continúa registrando caídas históricas en actividad y consumo. La verdadera preocupación es que el único logro del que el gobierno libertario puede jactarse -la baja progresiva de la inflación- corre peligro, conforme la empresa de mantener el dólar barato se hace más difícil día a día y el Central quema reservas a ritmo inusitado.

Milei reiteró en su discurso que su administración está "avanzando en un acuerdo con el FMI para sanear el Banco Central y salir del cepo este año" y puntualizó: "Le pedimos al Congreso que nos acompañe en los próximos días en la aprobación del acuerdo con el FMI que nos permitirá manejar un esquema cambiario más flexible y sustentar la conquista de la estabilidad macroeconómica que hemos logrado".

El atraso en cerrar el acuerdo con el Fondo parece estar relacionado con que el organismo está dispuesto a realizar un salvataje político de la situación, pero no en los mismos términos que quiere Caputo, que son los mismos con los que dilapidó fondos con Mauricio Macri.

La segunda del FMI, Gita Gopinath accedió a una reunión virtual de apuro y publicó en sus redes “excelente conversación con el ministro Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Se están logrando muy buenos avances en las negociaciones para un nuevo programa…”.

Si, como se prevé, los dólares que aporta el Fondo no son de libre disponibilidad, sino solo para saldar deuda con el organismo, el castillo de naipes de Milei y Caputo correrá peligro de derrumbarse. Y la derecha sabe que eso es lo que define el rumbo de un gobierno. Ni la oposición -cooptable como vimos-, ni la economía real (que tiende a acomodarse y a generar implosiones sociales gravísimas, pero que no voltean gobiernos).

Lo que genera verdadera inestabilidad, desde los 70 para aquí, es el sector financiero y las corridas cambiarias que propicia cuando ve debilidad. Como en la parábola de la rana y el escorpión, el sector no puede dejar de seguir su naturaleza ni siquiera cuando le conviene, pero sería paradójico que un gobierno completamente entregado a la financiarización de la economía, pierda gobernabilidad justamente por ella.

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