Por qué comer en el auto no ayuda ni al vehículo ni a la salud según los especialistas

Evitar comer dentro del vehículo no solo protege nuestra vitalidad al reducir el riesgo de infecciones y problemas digestivos, sino que también mejora la seguridad vial al minimizar distracciones al volante.

Comer dentro del automóvil es una práctica que, según especialistas, conlleva varios riesgos para el cuerpo y la seguridad. La creciente preocupación por la seguridad vial y el bienestar puso en relieve los desafíos asociados con hábitos cotidianos. ¿Por qué no ayuda ni al vehículo ni a la salud?

Recientes estudios y declaraciones de especialistas generaron una mayor difusión de esta información en medios de comunicación y redes sociales, buscando concienciar al público sobre la importancia de adoptar prácticas más seguras y saludables durante los desplazamientos. Expertos en protección en la vía pública y sanidad, como el Dr. Shivram Singh, advierten sobre los peligros de comer en el coche, calificando esta práctica como "insalubre" y potencialmente incrementando el riesgo de intoxicación alimentaria.

La compañía de seguros española Qualitas Auto también enfatiza que esta costumbre puede acarrear problemas como infecciones de piel o contaminación alimentarias. Recomiendan que, si es necesario comer durante un viaje, se estacione el vehículo y se consuma la comida en un lugar adecuado, como un restaurante o área de descanso, para garantizar una correcta higiene y seguridad.

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Qué riesgos tiene comer en el auto para la salud según especialistas

  • Proliferación de bacterias: el interior de un vehículo no suele mantenerse con los niveles de higiene adecuados para la manipulación de alimentos. Restos de comida pueden quedar atrapados en los asientos, alfombrillas y otras superficies, creando un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias como E.coli, Salmonella y Staphylococcus aureus, las cuales pueden provocar intoxicaciones alimentarias.
  • Problemas digestivos: el movimiento del vehículo durante la conducción puede interferir con una digestión adecuada, aumentando el riesgo de malestar estomacal, náuseas y vómitos.
  • Distracción al volante: consumir alimentos mientras se conduce puede distraer al conductor, reduciendo su atención y aumentando la probabilidad de accidentes de tráfico. la manipulación de alimentos requiere el uso de las manos y desvía la mirada de la carretera, comprometiendo la seguridad.
  • Multas y sanciones: en algunas jurisdicciones, como en España, la Dirección General de Tráfico (DGT) puede sancionar a los conductores que beban o coman mientras conducen, ya que estas acciones pueden afectar la atención y el control del vehículo, con multas que oscilan entre 80 y 200 euros.
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