El envejecimiento de la piel es un proceso que se da de manera natural con el paso de los años, aunque su ritmo varía dependiendo de varios factores: así como hay algunos que pueden acelerarlo, existen otros hábitos que pueden ayudar a verse más joven y saludable sin gastar en cremas ni tratamientos.
Los principales signos de envejecimiento prematuro son las arrugas, manchas y pérdida de elasticidad. Esta situación, que es normal en todas las personas, puede verse afectada por condiciones como el estrés, la genética, la contaminación ambiental y la radiación UV.
Además de seguir una rutina de cuidado de la piel que incluya la hidratación, limpieza y exfoliación, entre otros pasos, existen otros hábitos saludables que los expertos recomiendan incorporar a la vida cotidiana para obtener una piel más joven, radiante y luminosa de manera natural.
Ejercicios para rostro, masaje facial
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1. Reducir el consumo de azúcar
El azúcar acelera el proceso natural de glicación, es decir, hace que el colágeno de la piel pierda su elasticidad y resistencia, favoreciendo la aparición de arrugas. La mejor manera de retrasar el envejecimiento es consumir menos azúcares y llevar una alimentación más balanceada y saludable.
2. No fumar ni beber alcohol en exceso
Tanto el tabaco como el alcohol provocan el acortamiento de los telómeros en los cromosomas, las regiones responsables del envejecimiento biológico, y aceleran el daño celular y la deshidratación de la piel. Eliminar estos hábitos poco saludables mejorará la apariencia de la piel de manera natural.
3. Dormir suficientes horas
La falta de sueño es una de las principales causas del envejecimiento prematuro, y es una de las más comunes en la actualidad: hace que la piel se vea apagada y contribuye a la aparición de ojeras. Dormir las horas necesarias es fundamental para que la piel, así como el resto del organismo, se recupere del desgaste diario.
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4. Usar protector solar
Según estudios científicos, el 80% de los signos de envejecimiento prematuro se deben a la exposición al sol y a la radiación UV, que provoca la aparición de manchas y arrugas. Para prevenirlo es clave usar protector solar con un factor mínimo de 30, incluso en los días nublados.
5. Hacer actividad física
El ejercicio ayuda a mantener saludable todo el organismo, lo que se refleja en el aspecto de la piel. Entrenar mejora la circulación sanguínea y favorece la salud de los huesos y las células, retrasando el daño oxidativo, además de contribuir a mantener un peso adecuado.