Elegir correctamente las telas que se pueden usar en invierno puede marcar la diferencia entre pasar frío o mantener una temperatura confortable. Lana, franela, o pana no solo aportan abrigo, sino que también ofrecen distintas propiedades que influyen en la sensación térmica. Saber cuál es la más eficiente ayuda a optimizar el uso de la ropa durante los días más fríos del año.
Con la llegada del invierno, se suelen prefereir prendas con tejidos pensados para conservar el calor corporal. Aún así, no todos los materiales abrigan igual, ya que algunas telas actúan como aislantes naturales, mientras que otras solo suman volumen sin ofrecer mayor protección. Esta diferencia es muy importante a la hora de elegir con qué abrigarse o qué mantas usar en casa.
Los tejidos de origen natural suelen ser los más eficaces cuando bajan las temperaturas, aunque también existen alternativas sintéticas con buen rendimiento. El tipo de fibra, su grosor y capacidad de transpiración son factores que definen su utilidad real frente al frío.
Cuáles son las mejores telas para abrigarse en invierno
La lana es, por lejos, uno de los materiales más eficaces para enfrentar el frío. De origen animal, principalmente de oveja, se caracteriza por su capacidad aislante, elasticidad y resistencia. Esta absorbe la humedad sin perder calor, lo que la hace ideal para climas invernales. La variedad más valorada es la cachemira, que tiene un aspecto suave con alto poder térmico. Su única desventaja es que puede causar picazón o reacciones en la piel sensible, por eso se recomienda usarla con una capa fina de algodón debajo.
La franela, aunque originalmente era un tejido 100% de lana, hoy se fabrica con mezclas que incluyen algodón y otros materiales. Es suave, cálida y ligera, y su grosor la convierte en una gran opción tanto para ropa como para ropa de cama. Las camisas, pijamas y sábanas de franela son una excelente barrera contra las noches heladas.
La pana es fabricada con algodón, pero con un acabado acanalado que atrapa aire caliente, es otra alternativa tradicional para los días fríos. Aunque su estética no siempre está de moda, es una tela que se adapta bien al invierno, sobre todo en pantalones, camperas o sobrecamisas.
Por otro lado, el Poliéster, las fibras sintéticas y el algodón, en general, no son la mejor opción como capa externa para el frío intenso. El poliéster y sus derivados pueden retener calor, pero no permiten una buena transpiración, lo que genera incomodidad. El algodón, por su parte, no conserva el calor, pero resulta útil como primera capa, especialmente debajo de tejidos más térmicos.