Hay personas que son más flexibles a la hora de entrenar, pero otras respetan a rajatabla su rutina de fitness y evitan interrumpirla, ya sea porque incluye días con ejercicios muy específicos o porque están preparándose para alguna competición en particular. En estos casos suele aparecer una duda muy habitual: ¿puedo entrenar si tengo un resfrío?
Ciertas enfermedades o lesiones dejan claro que entrenar es imposible sin necesidad de que un médico lo indique, ya que el dolor y malestar son demasiado intensos. Sin embargo, en el caso del resfrío la línea es más difusa, ya que en general permite continuar con las actividades diarias.
Lo mejor es escuchar al cuerpo, ya que cada persona es distinta, y perder uno o dos días de entrenamiento no va a hacer una diferencia muy importante en el largo plazo. Pero para zanjar la cuestión, los expertos respondieron la pregunta: ¿se puede entrenar resfriado?
Resfrío de verano, alergia
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Fitness y resfrío: ¿son compatibles?
Según el doctor Edward R. Laskowski, especialista en medicina deportiva de Mayo Clinic, se puede hacer actividad física leve o moderada cuando se trata de un resfrío simple sin fiebre. De hecho, el ejercicio puede ayudar a abrir los conductos de la nariz y aliviar la congestión de manera temporal.
El médico aclaró que se puede entrenar cuando los síntomas se presentan por encima del cuello, como goteo de la nariz, congestión nasal, estornudos y dolor de garganta leve. Sin embargo, lo desaconsejó para síntomas por debajo del cuello como congestión en el pecho, tos áspera o malestar estomacal.
Tampoco se recomienda entrenar si aparece fiebre, fatiga o dolor muscular generalizado. Como regla general, lo mejor es consultar con el médico de cabecera para saber si se puede hacer ejercicio o no y, en el caso del resfrío común, reducir la intensidad y la duración del entrenamiento.