La actividad física es uno de los pilares fundamentales para retardar el envejecimiento y conservar un cerebro sano. Adoptar hábitos saludables de vida cómo seguir una alimentación equilibrada y hacer ejercicio físico de forma regular son claves para el desarrollo óptimo del organismo.
Es posible ayudar a proteger el cerebro sin complicarse con los tiempos y de manera muy simple sin mucho esfuerzo. La forma más fácil de hacer actividad física es simplemente moverse y dar algunos pasos, de esta forma, solo 10 minutos de caminata, algo que cualquier persona en cualquier lugar podría hacer, disminuyen los niveles de ansiedad y depresión.
Cuál es el ejercicio físico que ayuda a la salud del cerebro
Simplemente moviendo el cuerpo, se obtienen beneficios inmediatos, duraderos y protectores para el cerebro. Llevar a cabo caminatas diarias durante semanas, meses y años puede proporcionar al cerebro no solo buenos neuroquímicos, sino también factores de crecimiento que pueden mejorar la salud.
Los factores de crecimiento son sustancias químicas que promueven la creación de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro y la abundancia, supervivencia y buena salud de nuevas células cerebrales. Hacer una pequeña caminata puede ser el equivalente a darse un “baño de burbujas de neuroquímicos” como la dopamina y la serotonina.
La dopamina es la llamada “hormona del placer y la recompensa” y la serotonina como “hormona del bienestar”. Ambas integran el famoso “cuarteto de la felicidad”, junto a la oxitocina y la endorfina.
Es importante resaltar que nunca es demasiado tarde para empezar. Incluso si se fuese un adicto al sofá hasta los 75 años, caminar de forma regular puede hacer que el cerebro esté más sano.
Según una investigación se reveló que las personas que realizaban actividad física regular, incluida caminar, tenían un 17% menos de probabilidades de desarrollar demencia que quienes no hacían ejercicio con frecuencia.
Otro estudio de la Universidad de Harvard comprobó que siguiendo un programa de ejercicio físico moderado durante seis meses, las regiones cerebrales de las personas participantes habían aumentado. Esto significa que el ejercicio mejoró sus memorias y habilidades de pensamiento.