Salió todo bien. Juan Martín Del Potro salió a horario a la cancha y tuvo enfrente al mejor de todos los tiempos en su rol secundario, a pesar de que su figura lo califique protagonista. Con la gente en la misma sintonía, emoción cuando había emoción y risas cuando había risas. Otra vez Delpo volvió a poner su vincha en la red y esta vez es oficial: ya no habrá más partidos de tenis. Ya terminó su carrera y lo admitió con una frase que dio paz: “Les prometo que me voy feliz”.
Figuras como Fabián Cubero, Carlos Tevez, Bizarrap, Cande Molfese, Valeria Mazza, Natalie Pérez, Diego Schwartzman, Mica Viciconte, Cachete Sierra, Paulo Kablan, Nancy Pazos, Paula Pareto, entre otros, no quisieron perderse este partido, este show. El Arena Parque Roca se colmó de hinchas, fanáticos y simpatizantes del deporte.
A las 15.30 salieron a la cancha Sebastián Báez, la mejor raqueta argentina y uno de los jugadores más cercanos a Delpo, ya que practicaron juntos en varias oportunidades, y Francisco Comesaña. Se enfrentaron en dos tiebreak con la intención de hacer la previa del partido destacado.
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Más tarde se disputó el “Torneo a un punto” con distintos famosos y, cuando llegaron las 18 todo terminó y la gente comenzó a corear el nombre del deportista de la noche. El presentador Diego Leuco le puso la impronta necesaria a la fiesta emocionante y presentó a los dos jugadores.
Primero Novak Djokovic con un video presentación que ponía la piel de pollo y luego el momento más esperado. Se cayó el estadio con el video de Delpo y mucho más con la entrada. Como en los viejos tiempos, de local en cualquier lado, porque los argentinos colmaban hasta el país más lejano con el fin de bancar al tandilense.
Abel Pintos estuvo en la previa y le cantó Motivos, una de sus canciones más famosas a ambos tenistas y al público. Antes de irse le regaló una guitarra firmada. “Andar andando por andar, por un camino sin final”, dice la letra final de la canción que marcó lo que Delpo quería dejar asentado. Se venía el último acto y con uno de los mejores del mundo.
Con su equipo de trabajo de un lado para otro, el argentino solo tuvo que lucirse. Federico Delbonis, parte de sus hombres, estuvo de un lado para otro toda la tarde y toda la noche. No se separó de las necesidades de su excompañero y logró que el evento esté a la altura de las circunstancias. Un tenista ya retirado que dedicó su día a su gran amigo.
El partido comenzó y, si bien Del Potro no estaba para jugar porque ya admitió que hasta le cuesta subir la escalera y hasta manejar, dejó todo en la cancha. Desde el fondo y sin muchos movimientos demostró que la derecha está intacta y eso es lo que más afecta. Con una edad correcta para seguir en el circuito y con las manos en un gran momento, pero la rodilla fue esta vez la que molestó su carrera.
Djokovic entendió todo: no jugó pelotas cortas, se prestó al peloteo en momentos, al show, a los comentarios de la gente, ofreció su raqueta a un juez de silla y hasta compartió cancha con Gisela Dulko. Por su parte, la gran Gabriela Sabatini acompañó a Del Potro. Fueron pocos games, pero brindó el espectáculo necesario.
Llegó el último punto: 6-4, 6-5 para Del Potro y cuando Nole podría haber continuado con sus shows, abrió sus brazos y Delpo sacó. Le dejó el último golpe y fue directo hacia él. Del Potro una vez más, como aquel duelo de primera ronda en los JJOO de Río 2016 y la final del US Open 2018, se rindió en su abrazo.
La gente los reconoció a ambos. Muy satisfechos desde todos los sectores de la cancha no pararon de aplaudir y de emocionarse con él. “No me pidas que no vuelva a intentar que las cosas vuelvan a su lugar”, fue la canción que sonó esta vez. Arrancármelo de Wos, un tema muy relacionado a la Selección argentina en el Mundial Qatar 2022, pero con la letra justa para este momento.
Hasta el más duro se emocionó con Juan Martín, quien otra vez se sacó la vincha y la depositó en la red, igual que ocurrió en su último partido profesional en el ATP 250 de Buenos Aires ante Fede Delbonis. Esta vez fue en el denominado El último desafío, el partido que todos sabían que era el definitivo.
“No estoy triste. Terminó mi carrera de la mejor manera, soñado. Les prometo que me voy feliz. Gracias por todos estos años y hasta pronto”, expresó Delpo luego de los mil halagos de Roger Federer, Rafael Nadal, Manu Ginóbili y Martín Palermo, entre otros, en un video que hizo su equipo.
La frase que todos esperaban, pero con una visión distinta y más madura. Ya no está esa tristeza de no poder volver, la cual se mantuvo por mucho tiempo porque si hay algo que le pasó a Delpo es que se tuvo que bañar en injusticias. Que la muñeca izquierda, que la derecha, que la rodilla y basta. Aun así llevó a Argentina a lo más alto con la Copa Davis, con las dos medallas olímpicas, con un Grand Slam y con el número 3 del ranking ATP.
La carrera fue impecable y quedó demostrado por el respeto que le tienen los mejores de la historia y por la recepción de los hinchas en el estadio Mary Terán de Weiss. Quizás, por primera vez, entendió, tomó un poco de magnitud de lo que generó. Se dejó homenajear, se dejó halagar como corresponde y se permitió disfrutar de su último show. Ese último momento en una cancha, dónde tan feliz fue.