Francisco transcurrió su papado dando un ejemplo de sencillez por el cuál será recordado para siempre. Esto también lo llevo a cabo al momento de elegir los vehículos para transportarse, a tono con su mensaje de humildad y austeridad.
El sumo pontífice tuvo una relación estrecha con distintos vehículos, marcada por la austeridad con la que transcurrió su vida y su papado.
Francisco transcurrió su papado dando un ejemplo de sencillez por el cuál será recordado para siempre. Esto también lo llevo a cabo al momento de elegir los vehículos para transportarse, a tono con su mensaje de humildad y austeridad.
En sus años transcurridos en Argentina, si bien el Papa había deslizado que en su juventud era dueño de un Renault 4, lo cierto es que no tenía auto, siendo el subte su elección preferida como medio de transporte, dónde se lo solía encontrar viajando en su labor diaria en la Ciudad de Buenos Aires. Ya dentro de su papado, comienza una particular relación con los autos.
Corrían los primeros meses del 2013 cuando fue elegido el primer Papa latinoamericano y Francisco empezaba a sorprender al mundo por su austeridad. Casi por casualidad vio en la flota oficial un Ford Focus azul oscuro del año 2006 que decidió adoptar cómo vehículo oficial para moverse dentro y fuera del Vaticano. Años más tarde seguía utilizándolo, recordando el contraste que produjo en un encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quién arribaba con “la Bestia”, su imponente SUV blindada, y Francisco lo hacia a bordo del mismo Ford Focus.
Luego, también a pocos meses del inicio de su labor, un sacerdote italiano le regaló un Renault 4 del año 1984 con 200.000 kms, que Francisco aceptó con gusto e incluso utilizó durante varios viajes dentro del Vaticano y en algunas de sus “escapadas” que realizaba por Roma.
Solía dar el ejemplo, llevando a cabo él mismo el mensaje de austeridad que buscaba implantar en la iglesia. “Prefieran vehículos modestos y decentes. No se puede andar en autos último modelo mientras hay gente con hambre”, haciendo alusión a los autos que utilizaban cardenales y funcionarios vaticanos. En una visita a Estados Unidos, eligió moverse en un Fiat 500L, vehículo que también utilizó en varias oportunidades durante su estadía en Italia.
Incluso, años más tarde, la marca de lujo Lamborghini le regaló un ejemplar del deportivo Huracán, pintado con los colores oficiales de la bandera del Vaticano y que Francisco firmó para luego rematarlo en la tradicional casa europea de subastas Sotheby´s. Se recaudaron u$s970.000 que fueron destinados a obras benéficas. Cómo dato de color, el modelo equipaba bajo el capot, un motor V10 5.2 litros con 580 caballos de potencia.
El Papa Francisco incluyó la agenda del cambio climático y el cuidado del medio ambiente en las actividades de la iglesia. Y en ese sentido incluyó el uso de vehículos con tecnologías alternativas en el Vaticano.
De esta manera, Volkswagen fue la marca elegida para electrificar la flota de autos de la Santa Sede, entregando en 2024 más de 40 unidades de la familia ID 100% eléctricos.
Toyota también fue parte unos años antes con un Mirai a hidrogeno, convertido en Papamóvil durante la visita de Francisco a Japón en 2021 y, por último, fue Mercedes-Benz quién entregó, hace unos meses, un Clase G 100% eléctrico destinado a transportar al Papa, que contaba con la particularidad de poder remover la cúpula y no tener vidrios blindados, porque así de cercano fue Francisco con la gente, un Papa que convirtió cada elección cotidiana, como la elección de un auto, en un ejemplo de humildad.