A un mes del derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell, falleció María Josefa Bonazza, la única sobreviviente de la tragedia, luego de sufrir una descompensación en las últimas horas, aumentando a nueve la cantidad de víctimas fatales.
La mujer de 79 años murió en la madrugada de este jueves en Balcarce, donde se encontraba internada. Sufrió una descompensación en las últimas horas.
A un mes del derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell, falleció María Josefa Bonazza, la única sobreviviente de la tragedia, luego de sufrir una descompensación en las últimas horas, aumentando a nueve la cantidad de víctimas fatales.
La mujer de 79 años había salido del área de terapia intensiva hace una semana y continuaba recuperándose en la ciudad de Balcarce.
Bonazza había sido rescatada unas diez horas después de que la torre de diez pisos se desplomara y parte de su estructura impactara sobre el edificio lindero, el Alfio I, donde Bonazza y su marido, Federico Ciocchini, descansaban en un departamento que estaban preparando para alquilar en temporada.
En distintas entrevistas, Bonazza recordó el hecho y expuso la situación de su marido, quien finalmente falleció. "Yo trataba de tranquilizarme, al tiempo que notaba que mi marido no me respondía. En los primeros minutos, le pedí que no se moviera", expresó.
"Por suerte pude mantener la calma a pesar de lo que sabía que le había pasado a mi marido, porque sentí que fue instantáneo lo de él. Me queda el consuelo de que no debe haber sufrido mucho, pero estuvimos 48 años felices", agregó en esta línea.
Por el hecho también murieron Mariano Raúl Troiano, Matías Chaspman, Ezequiel Matu, Dana Desimone, Fabián Gutiérrez, María Rosa Stefanic y Nahuel Stefanic y el marido de la mujer Federico César Ciocchini, de 84 años.
Una semana después de la tragedia, Josefa había dialogado desde su internación con C5N donde relató la traumática experiencia y manifestó su esperanza: "Estuve aplastada por unas vigas enormes y siempre tuve la certeza que me iban a sacar".
“Yo trataba de tranquilizarme, al tiempo que notaba que mi marido no me respondía. En los primeros minutos, le pedí que no se moviera, que ya nos iban a rescatar", expresaba en aquel momento. “Siempre estuve lúcida. Me encontraba aprisionada y sin posibilidad de moverme. Entonces, empecé a utilizar las técnicas de yoga para poder respirar mejor, aun sabiendo que estaba bajo los escombros”, describió.
Además, en esa entrevista, reveló cómo pidió ayuda: “Comencé a hacer sonidos en código Morse pidiendo auxilio. Marcaba la palabra S.O.S.”.
"Me quedé quietita esperando algún ruido y cuando escuché algo, sabiendo que podía respirar, comencé con los gritos. Respondan si me escuchan, repetía. Empecé a manotear y encontré la piedra. Empecé a hacer el código Morse con la piedra: ta ta ta... taaa taaa taaa... ta ta ta... Así supieron que había una persona consciente del otro lado y pidiendo ayuda", detalló.
María Josefa se había recibido de abogada aunque nunca ejerció. Era hija de "un personaje" de Balcarce, como definió a su padre Severio Bonazza, un hombre que "tenía el mejor humor del mundo".