Argentina es un país multicultural, con una gran diversidad de inmigrantes, aunque en sus inicios de Estado nación se proyectó al mundo como una apéndice de Europa, en sus bases se encuentra una diversidad de culturas y de comunidades que conviven desde hace años. En la base de nuestro país, la comunidad africana está muy presente.
Si bien se suele escuchar que en Argentina nunca hubo afros o que desaparecieron, esto fue producto de la invisibilización que se llevó a cabo contra esta comunidad. Muy por el contrario, siguen estando a través de la descendencia.
El origen de la presencia afro en Argentina comienza en el siglo XVI. La primera llegada de africanos y africanas en Argentina se puede ubicar alrededor de 1534, incluso antes de la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires. Las primeras personas de ascendencia africana llegaron a la Argentina como esclavos para servir a los europeos en la conquista.
El caso de Nengumbi Sukama es más reciente. Llegó a Argentina a mediados de los ‘90 proveniente del Congo (ex Zaire) -un país megadiverso, con una guerra civil que parece no tener fin. “La razón de mi salida del país fue mi activismo político, porque vivíamos en un contexto de dictadura”, recuerda Nengumbi, quien desde que llegó a Argentina continuó con la defensa de los derechos humanos y fundó el Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI).
Migrantes
Camila Alonso Suarez
“Mi papá organizó todo para que me fuera porque le advirtieron que si no me iba, me perdía”, relata Nengumbi a C5N, y agrega que su huida del Congo fue muy complicada porque, como su padre era decano de la Facultad, sus movimientos estaban muy vigilados. “Cuando uno llega a un nuevo país, se carga de cosas -expresiones, costumbres, modismos- y se descarga de otras prácticas”, subraya.
En el intento de mostrarse hacia el mundo como un país europeo, se intentó exterminar a todas las personas de ascendencia africana, como ocurrió con los pueblos originarios y como no resultó pasaron a la segunda etapa, que es de invisibilización de personas de ascendencia africana.
Sin embargo -y a pesar de los intentos constantes de invisibilización- según datos del Centro Internacional de Derechos Humanos, se calcula que hoy viven en Argentina más de 150 mil afrodescendientes y más de 10 mil africanos y africanas, en su mayoría provenientes de Senegal. Pero, ¿qué significa ser afrodescendiente?
El término afrodescendientes se originó durante la tercera Conferencia Mundial contra el racismo que tuvo lugar en Chile durante el 2000. Esta terminología hace específicamente referencia a personas que nacieron de las y los africanos que fueron esclavizados, existiendo entonces afrodescendientes argentinos y argentinas.
El término afroargentino, por otro lado, incluye a los hijos de los inmigrantes africanos libres, oriundos de Cabo Verde, que llegaron a nuestro país a fines del Siglo XIX y comienzos del XX. Todos esos descendientes son afroargentinos. No son afrodescendientes porque no son descendientes de esclavizados, pero sí son descendientes de africanos y africanas nacidos acá.
Para la década del ‘90 hubo otra ola migratoria de africanos, en su mayoría senegaleses, que aún hoy continúan llegando pero con un flujo menor. “Yo vine para trabajar, juntar plata y ayudar a mi familia que está en Senegal”, relata Modu, un joven vendedor ambulante que llegó al país hace 7 años, y señala que prefiere Argentina por su cultura y la paz que tiene.
“Está bastante complicado, antes sí estaba mejor la venta. Pero vamos a aguantar, no queda otra”, explica Abdulay mientras responde que las camisetas están a 10 mil pesos en la esquina de Mitre y Castelli, punto neurálgico de Once. Hoy, la situación de los vendedores ambulantes en la Ciudad está cada vez más complicada, ya que el Gobierno porteño ordenó levantar a todos aquellos que ejercen la venta ambulante, y en particular a migrantes senegaleses, a quienes se acusa de mafia. “Nosotros no somos mafia, nuestra cultura es distinta. Si yo veo que un senegalés pierde toda su mercadería, entre todos nos vamos a organizar para juntar plata y que el que perdió pueda volver a comprar para volver a vender. No es mafia, es ayuda mutua”, explica Modu.
“Lo más fuerte fue el racismo, me impactó mucho”, cuenta Nengumbi, recordando sus primeros días en el país. No importa que sean afrodescendientes argentinos; afroargentinos, hijos de inmigrantes africanos; o los africanos que llegaron después. Todos siguen siendo víctimas de racismo estructural, institucional, constitucional, sistémico y cultural que opera en Argentina. Sin embargo, los migrantes africanos siguen apostando al país para construir una nación cada vez más diversa.
Producción y realización: Federico Muiña y Camila Alonso Suarez.