Cinco razones para odiar a Isabel Macedo en "Graduados"
Si ustedes aman a Patricia/Jimena, como mi vecino de ventana, no lean esta nota. El vicio de las ficciones de pedirle a los actores su personaje rendidor le juega en contra.
Cinco razones para odiar a Isabel Macedo en Graduados
1 - Isabel Macedo, el día que haga de buena, se gana el Martín Fierro a la Revelación. Haciendo de mala es como Luppi puteando en cine; un tic reiterado.
2 - Su doble personaje de Patricia, pérfida dama que engaña a los Falcini en la trama de Graduados, y su versión "graduada" en los 80 como Jimena (su veradero nombre) cuando era gorda; tiene alto gancho en la tira pero... uno tiene la sensación de que ya lo vio.
3 - Si se toma el trabajo de ver la repetición de Floricienta a la tarde, su Delfina con el pelo tirante para atrás y cola de caballo, produce un deja-vu notable. Suerte que no repiten "Botineras" porque ahí directamente estaríamos en el horno.
4 - No es cuestión de demonizar a Macedo, que es bella y buena actriz. Pero encima ¿cómo no odiar a su personaje malvado? Tiene estresada a la pobre Danna que quedó con la boca torcida por su culpa, Clemente anda engañado por la vida, y psicopatea a Gaby, entre otros sinsabores. Qué ingratitud!
5 - Cuando hace su versión de "gordita nerd" -aunque la gracia es la caracterización- le pone otros toques que la diferencian, más allá del look. Como Patricia es efectiva para el gancho que la tira necesita, pero esos ojos que se le entrecierran y el ceño fruncido cuando está enojada o planeando maldades, es una especie de Cara 4 muy rendidora pero un tanto repetida.