CPAC Argentina: la fiesta monótona del mileísmo a un año de gobierno

El protagonismo fue del concepto de batalla cultural. Los discursos sobre el escenario tuvieron poco de peculiares o renovadores respecto del largo 2024 mileísta.

“Hoy es un día de festejo”, dijo el presidente Javier Milei en el final de la jornada. Pero desde antes de las 10 de la mañana del miércoles, el hotel Hilton rebosó de optimismo y felicidad. Para los jovencísimos militantes oficialistas se esmeraron como nunca en sus trajes y zapatos, pero le agregaron esta vez una corbata roja republicana. Hay un hilo que une la victoria presidencial de Milei, casi un año atrás, y la de Donald Trump en el último noviembre; de momento parecería que no hay más vínculo que el color de las corbatas.

Joaquín es de la Libertad Avanza de San Luis y su cabeza era visible desde cualquier lugar del lobby donde transcurrió buena parte de lo carnoso de esta cumbre. Su gorra roja de Make America Great Again es de las originales, recién importada desde Carolina del Norte, donde uno de sus amigos estudia en una universidad. Lo que la distingue, le muestra orgulloso a C5N, es la inscripción “45-47” en uno de los costados (en el otro tiene la bandera de EEUU). Los números hacen referencia a la posición histórica de las presidencias que hasta el momento Trump conquistó.

Para Joaquín, Milei hizo todo absolutamente bien. “Por lo general la ve a kilómetros, pero lo que nos puede pasar es que pase algo a nivel internacional porque la izquierda está contraatacando fuerte”, señala.

Es innegable que la CPAC es la coronación de un alineamiento todavía incierto en términos geopolíticos entre Argentina y EEUU pero deseado por buena parte del millar de participantes de este evento, que vivió su primera edición en territorio argentino.

Aunque el evento financiado según sus organizadores por la recaudación por los tickets que valían u$s100 - y u$s5000 para los participantes premium- tuvo paneles con multitud de figuras ultraconservadoras, el protagonismo fue del concepto de batalla cultural. Los discursos sobre el escenario tuvieron poco de peculiares o renovadores respecto del largo 2024 mileísta. Más bien al contrario, pareciera ser este CPAC otra instancia de pedagogía partidaria para las juventudes.

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“¿Qué es lo que queremos conservar?”, se preguntó el diputado Santiago Santurio ante la sala por fin completa, tras una jornada de asientos vacíos y lobby repleto de sociabilidad y catering. “Este afán conservador no es retrógrada. Tenemos una hoja de ruta con valores que el progresismo busca destruir, para dejar al individuo solo frente al Estado”, definió.

Un poco antes, un afónico diputado provincial Agustín Romo ofreció otra pista del credo libertario: “Resulta que ser de extrema derecha es decir que solo hay dos géneros y que los hombres no pueden quedar embarazados. Para mí esto solo es de sentido común”, dijo entre aplausos. También, en un giro sorpresivo y algo desenganchado, reclamó la recuperación de las islas Malvinas y prometió seguir luchando contra la Agenda 2030, a la que definió como “comunista y antihispana”.

A su tiempo, Daniel “Gordo Dan” Parisini aseguró que Milei “salvó” al país, pero sobre todo usó esta instancia pública para aclarar su viralizada afirmación sobre el “brazo armado”: apenas se trataría de los celulares de la militancia que dirige en Las Fuerzas del Cielo, que son “armas de instrucción masiva” en la “batalla por las mentes”. “Olé olé olé, Gordo, Gordo”, fue el cántico de la tropa funcionaria presente en el Hilton. Aunque se lo negó en entrevista con este medio, es evidente que su súbito tono diplomático tiene que ver con barajar la posibilidad de ser candidato al Congreso en 2025.

Milei también protegió al streamer en sus palabras de cierre, cerca de las 20,pero también recordó: “En La Libertad Avanza, el que se desordena se va a su casa”.

Algo muy llamativo ocurre con los líderes de la juventud libertaria. Es muy marcado el contraste entre el tono violento que blanden en sus cuentas de redes sociales y las maneras pacíficas para tratar a los humanos detrás de los micrófonos de medios como C5N. Es como si, en todo el movimiento mileísta, cada personalidad fuera dual y contradictoria, diferente en el teclado o la conversación en voz alta.

Para casi todos los presentes en el CPAC, Milei la vio en bajar la inflación de un pico de 25% a números similares a los que hubo durante gran parte del gobierno de Alberto Fernández. No hay, incluso para los más acérrimos fanáticos, otros goles que festejar en este arduo primer año. Quizás desde afuera el panorama se vea más benévolo: mientras se retiraba del hotel tras una participación exprés sobre el escenario, Lara -nuera del presidente electo Donald Trump, usuaria del célebre apellido por su vínculo con uno de los hijos del magnate- elogió a Milei por “llamar la atención de la gente con la motosierra”.

C5N preguntó en qué no la vio el Presidente, y ahí la timidez ganó a la mayoría de los jóvenes. Hubo que recurrir a una célebre familia de un país vecino. Jair y Eduardo Bolsonaro, padre e hijo, acaso formularon las críticas más agudas en un día que fue un oasis de uniformidad. Ambos dos le exigieron con gestos más o menos sutiles al mandatario que proteja a los cientos de prófugos de la justicia brasileña por el intento de golpe de Estado de enero de 2023 que viven en la Argentina y todavía no fueron contemplados como refugiados políticos.

Pero más allá de esos fogonazos mínimos, lo cierto es que Milei volvió a estar en el centro de la escena por la sencilla razón de que ninguno de los otros participantes se acerca en lo más mínimo a eclipsarlo. Trump apenas mandó a su nuera.

Volvió a repetir que este 2024 representa el mejor gobierno de la historia argentina. Sobre la batalla cultural, el Presidente repitió su desprecio por la izquierda latinoamericana y mundial. Nada nuevo. Pareciera que la gestión de gobierno, a un año de su inicio, le da aire para cumplir con uno de los principales objetivos, que es ser un referente planetario de una nueva subjetividad política. En el principio de sus palabras, agradeció lo que sostiene su ilusión mundial: a su hermana Karina por el costado político, de momento pacificado al interior de su partido y en el paralizado Congreso; y al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, a quien le debe un veranito de estabilización. Milei se bajó del escenario con las primeras estrofas “Milei ganó y lo sabes”, una insólita canción rockera en la voz de una vocalista estadounidense.

¿Queda lugar para alguna resistencia o disidencia al optimismo presidencial? Hacia las seis de la tarde, un pequeño grupo del movimiento social La Dignidad cantó Patria sí, Colonia no en la puerta del Hilton. Rafael Klejzer, a la cabeza de la protesta, no ocultó el oscuro diagnóstico. “El sistema político argentino está temblando. Hoy nadie representa a nadie. El pueblo, la gente, está buscando nuevas formas. El sistema político argentino está caduco, pero apostamos por la movilización”.

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