Con la llegada del frío, muchos perros pueden sufrir las consecuencias del descenso de temperatura. Algunas razas, sobre todo las de menor tamaño o pelaje corto, necesitan atención especial para evitar molestias y posibles enfermedades.
Las bajas temperaturas también afectan a los animales, por lo que es recomendable prestar atención a estos signos para evitar complicaciones.
Con la llegada del frío, muchos perros pueden sufrir las consecuencias del descenso de temperatura. Algunas razas, sobre todo las de menor tamaño o pelaje corto, necesitan atención especial para evitar molestias y posibles enfermedades.
Frente al frío intenso, los animales no reaccionan todos de la misma manera: la raza, la edad, el tamaño y el estado de salud son factores que influyen en su vulnerabilidad. Identificar señales tempranas y actuar a tiempo es muy importante para evitar cuadros como hipotermia o problemas articulares.
Proteger a las mascotas del frío no solo mejora su bienestar general, sino que también previene complicaciones que podrían afectar su calidad de vida durante los meses más fríos del año.
Cuando un perro tiene frío, suele mostrar cambios muy claros en su comportamiento. Algunas pueden ser temblores persistentes, lentitud al moverse, buscar calor en estufas o mantas, e incluso una postura encorvada. También puede levantar las patas al caminar, respirar más rápido o tener las extremidades frías al tacto. Estos síntomas son una advertencia de que la mascota no está tolerando bien las condiciones del clima.
Algunas razas, como los galgos o los dóberman, son más sensibles por tener pelo corto y sin subcapa aislante. Los perros de tamaño reducido, como los chihuahuas o pinschers miniatura, también pierden calor con facilidad. Además, tanto los cachorros como los adultos mayores presentan mayor dificultad para conservar la temperatura corporal, al igual que los perros con enfermedades articulares o crónicas.
Los especialistas recomiendan que durante los días fríos se reduzca la duración de los paseos y evitar salir en horarios de temperaturas extremas. También es buena idea aprovechar los momentos del día con más sol para mitigar el impacto del clima. Las prendas térmicas, como sweaters o camperas, son una interesante opción para proteger especialmente a los perros pequeños o a los que tienen poco pelo.
Entre otras acciones, se debe acondicionar bien el espacio de descanso. En ese sentido, tener una cama aislada del suelo, con mantas y en un ambiente cálido, es esencial. En caso de que el perro duerma afuera, es importante que su lugar esté elevado, sin filtraciones de viento y con materiales que mantengan el calor.
Finalmente, no hay que descuidar la alimentación. Esta tiene que ser balanceada para reforzar las defensas y cubrir el gasto energético para mantener a la mascota fuerte frente al frío. En cuanto al baño, debe evitarse con frecuencia durante esta época, y si el perro se moja, debe secarse por completo para no favorecer la pérdida de calor.