Por qué el frío húmedo puede ser un peligro para los perros callejeros que tengan este detalle

Aunque parece un gesto solidario, especialistas advierten que abrigar a los animales sin hogar puede ser contraproducente si no se hace de forma adecuada.

Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, muchas personas intentan ayudar a los perros callejeros abrigándolos con camperas o prendas. Aunque esta intención es positiva, especialistas advierten que, si no se hace correctamente, puede perjudicar seriamente al animal.

El mayor peligro es el frío húmedo. Si la ropa se moja por lluvia, nieve o humedad y no se seca rápidamente, en lugar de proteger, enfría aún más al perro. Esto puede causar hipotermia, enfermedades respiratorias o afecciones en la piel, un riesgo mayor que si el animal no tuviera abrigo.

Por eso, antes de vestir a un perro callejero, es fundamental evaluar el contexto. Si no se puede asegurar que la prenda se mantendrá seca o que el animal tiene un refugio adecuado, es mejor optar por otras formas de ayuda, como ofrecer alimento calórico o construir refugios secos y seguros.

Perros
Aunque parece un gesto solidario, especialistas advierten que abrigar a los animales sin hogar puede ser contraproducente si no se hace de forma adecuada.

Aunque parece un gesto solidario, especialistas advierten que abrigar a los animales sin hogar puede ser contraproducente si no se hace de forma adecuada.

Qué debés saber sobre el frío húmedo en los perros callejeros

Con la llegada del invierno, es común querer abrigar a los perros callejeros para protegerlos del frío. Sin embargo, no todos los animales necesitan ropa. Aquellos que han vivido mucho tiempo en la calle y tienen pelaje denso desarrollan cierta adaptación natural al clima, y colocarles abrigo en estos casos puede afectar su capacidad para regular la temperatura corporal.

El frío húmedo representa uno de los principales riesgos durante esta época. Si la prenda se moja por lluvia, rocío o nieve, pierde su función aislante y, en lugar de proteger, enfría aún más al animal. La humedad constante sobre la piel puede generar problemas como dermatitis, infecciones o enfermedades respiratorias graves.

A esto se suma la falta de supervisión. A diferencia de un perro que vive en un hogar, los callejeros no tienen a nadie que controle si la ropa está seca, si les queda bien o si les está causando molestias. Existen casos en los que los animales terminaron enredados, con heridas por rozaduras o atrapados al engancharse con ramas, alambres u otros objetos.

Perros
Aunque esta intención es positiva, especialistas advierten que, si no se hace correctamente, puede perjudicar seriamente al animal.

Aunque esta intención es positiva, especialistas advierten que, si no se hace correctamente, puede perjudicar seriamente al animal.

Por esta razón, muchas agrupaciones proteccionistas desaconsejan colocar ropa sin posibilidad de seguimiento. En su lugar, recomiendan construir refugios secos y elevados del suelo, utilizando materiales como cajas, frazadas, mantas o alfombras que ayuden a conservar el calor. Estas estructuras ofrecen un resguardo efectivo y reducen el riesgo de hipotermia.

Otra manera de colaborar es ofreciendo alimento de alto valor calórico, que ayuda a los perros a generar energía y soportar las bajas temperaturas. También es fundamental dejar agua limpia a su alcance, ya que mantenerse hidratados es clave para su salud general durante el invierno.

En casos excepcionales —como perros muy ancianos, enfermos o de razas pequeñas— puede ser útil colocar un abrigo, siempre que sea en un entorno controlado o bajo supervisión. Pero más allá de las acciones puntuales, la forma más efectiva y sostenible de ayudar sigue siendo la castración, el acceso a atención veterinaria, el rescate y la adopción. Y si no es posible adoptar, siempre se puede contribuir con mantas, alimento o brindando resguardo durante la noche, cuando las temperaturas bajan más

Perros
El mayor peligro es el frío húmedo. Si la ropa se moja por lluvia, nieve o humedad y no se seca rápidamente, en lugar de proteger, enfría aún más al perro.

El mayor peligro es el frío húmedo. Si la ropa se moja por lluvia, nieve o humedad y no se seca rápidamente, en lugar de proteger, enfría aún más al perro.

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