Qué luz es mejor para trabajar: cálida o fría

La mejor iluminación depende de varios factores como el tipo de trabajo realizado, la disposición del espacio y las preferencias personales de quienes lo utilizan. No obstante, estudios aseguran que la mejor luz es aquella que imita la natural del día. Conocé los detalles.

Cada oficinista acomoda su espacio de trabajo con los mejores elementos para gozar de comodidad a la hora de trabajar. Dentro de esa comodidad mencionada, aquellos que ejercen esta clase de empleos necesitan -por sobre todo- contar con una buena iluminación. En este sentido, conoceremos qué luz es mejor para trabajar: cálida o fría.

La iluminación juega un papel crucial en el bienestar y la productividad de quienes lo ocupan, por lo tanto, la elección entre luz fría o cálida no es simplemente una cuestión de preferencia personal. Es decir, esta influye directamente en la atmósfera de trabajo, el confort visual y en el rendimiento laboral, aunque, en menor y última instancia. Conocé los detalles.

Cuál es la mejor luz para trabajar: cálida o fría

En primer lugar es importante conocer las diferencias que existe entre luz cálida y fría para escoger la más adecuada para su oficina. La temperatura del color, medida en Kelvin (K), determina si una luz se percibe como cálida o fría. Es decir, las luces con temperaturas de color bajas producen un tono más amarillento o dorado, creando una atmósfera acogedora; estas son conocidas como luces cálidas. Mientras que, las luces con temperaturas de color altas emiten un brillo más azulado, similar a la luz del día, proporcionando una sensación de frescura y claridad, conocidas como luces frías.

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La elección entre estas dos luces puede tener un impacto significativo en la eficiencia y comodidad de una oficina. En el caso de las oficinas modernas favorece la colocación de luz fría, especialmente las luces LED, debido a su similitud con la luz natural del día y su capacidad para mejorar la concentración y reducir la fatiga visual. Además, es ideal para tareas que requieren atención al detalle y precisión.

Por su parte, la luz cálida crea un ambiente relajado y acogedor, lo que lo convierte en ideal para los espacios que son utilizados para realizar colaboracione, reuniones informales o zonas de descanso. Al mismo tiempo, la luz amarilla puede ayudar a reducir el estrés y promover la creatividad.

La mejor solución para una correcta iluminación en las oficinas es realizar una combinación de ambas luces. Con esto, podrás ajustar el ambiente según la tarea específica, el momento del día o la estación del año.

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