El pago del aguinaldo puso un freno al endeudamiento con tarjetas de crédito en las familias

El crédito al consumo volvió a perder ritmo por segundo mes consecutivo. Los hogares se retraen y el sistema financiero comienza a mostrar síntomas claros de enfriamiento.

El pago del aguinaldo en el mes de junio puso un ligero freno a los préstamos personales y el uso de las tarjetas de crédito y llevó un poco de alivio a los bolsillos de las familias. Según datos de First Capital Group, el uso de tarjetas apenas creció un 1,1% en el sexto mes del año. Con la inflación como filtro, eso implica una caída real del 0,9%, lo que implica dos meses seguidos de desaceleración.

El dato es clave en comparación con abril, mes en el uso de tarjetas de crédito llegó a un máximo desde 2021. Según un informe sobre entidades financieras del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en el cuarto mes del año los créditos personales treparon al 4,6% en el cuarto mes del años mientras que las compras con tarjeas tarjetas de crédito subieron al 3,2%.

“El principal factor que explica esta caída es la ausencia de programas de cuotas con o sin interés, que históricamente han impulsado el uso de tarjetas. Sin ese incentivo, la cartera tiende a contraerse”, explicó Guillermo Barbero, socio de la consultora.

El medio aguinaldo de junio también jugó su partida. Para muchos trabajadores formales, ese ingreso extra significó aire: menos urgencia por financiar consumos, e incluso margen para achicar deudas. Así se explica, en parte, que los préstamos personales crecieran un 3,8% nominal y solo un 1,8% real, la mitad del ritmo registrado en los primeros meses del año.

En la vereda de enfrente, el crédito en dólares mostró una dinámica mixta. Mientras los préstamos comerciales en moneda extranjera crecieron 2,6% mensual, las tarjetas en dólares cayeron un 18%, a pesar de mostrar una suba interanual del 40,4%. El total se ubicó en u$s639 millones.

La foto de junio deja una escena dividida: las familias retraen el gasto, mientras algunos sectores ligados a la inversión se animan más. Una señal de prudencia en los hogares, y de expectativas más optimistas en ciertos nichos empresarios.

“El financiamiento responde tanto al calendario como a las reglas de juego. Y hoy, sin cuotas y con salarios aún en terreno débil, las familias prefieren no arriesgar”, concluye el informe.

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