Messi ganó antes de ser campeón: por qué trascendió y obtuvo el corazón del mundo entero

El ser capitán tiene que ver con sus goles, títulos y la estética de juego, pero también por una actitud en la cancha y en la vida: caerse y levantarse, siempre. Una reflexión sobre cómo ya no hay anti-Messi, todos han quedado rendidos a sus pies y vivimos algo nunca visto en el planeta: la gran mayoría lo quería ver campeón.

Leo Messi ya había ganado antes de ganar. Sí, aunque parezca mentira.

Es verdad que levantar la copa lo desvivía, que ganar el Mundial era lo que le faltaba. Se trataba de logro más grande de su carrera. La mochila que todavía cargaba, en silencio, casi como una cruz, por culpa del descontrolado exitismo que gobierna la vida de tantos argentinos.

Pero, durante este último tiempo, ya definitivamente, Messi alcanzó algo todavía más importante: el amor incondicional de la gran mayoría de la gente. En su tierra, lo que no es poco luego de haber sido muy maltratado. Y en el mundo, sin duda alguna.

Lionel Messi Copa América 22-12-2022

No hay antecedentes de que gran parte del mundo futbolero quisiera que un país ganara un torneo tan importante por un jugador. Tampoco hay antecedentes que gran parte de nuestro país quisiera que la Selección saliera campeón por él, más que por ellos, que por el país, el equipo y los otros jugadores.

Sucede que todos vieron lo que sufrió. Y las veces que se levantó. Justamente por eso el amor por él traspasó países, idiomas, religiones, fanatismos… Todos saben que Messi no crecía de chico y los tratamientos que tuvo que hacer para lograrlo. Todos saben que quiso ir a River y Newell’s no le dio el pase. Todos saben lo duro que fue el desarraigo, vivir en un país que no es el tuyo, empezar en las inferiores del Barcelona y dar cada paso hasta convertirte en la joya de La Masía. Todos saben que, mientras en Barcelona era el Dios del mundo, en la Selección sufría y perdía finales. Todos saben que un día de junio de 2016 dijo basta y renunció. Pero volvió, siempre volvió. Y acá estamos…

Lionel Messi de joven

Es verdad que, por su talento precoz, Leo parecía predestinado a dejar una huella indeleble en la historia, pero ojo, que antes de ser Rey, se cayó una y otra vez. Y, cada vez, se levantó. Igual que en la cancha, cuando le hacen un foul. Una y otra vez. Calladito, se levantó y jugó. En la vida fue igual. Sin estridencias, sin hacerse la víctima, una y otra vez. Y siguió, con el soporte inquebrantable de su familia.

Claro que la gente lo ama por su talento, una forma de jugar tan única, tan estética como efectiva, esa técnica excelsa, esos slaloms imparables, esos pases de magia, esos tiros libres que parecían cuadros de Van Gogh y esos disparos, algunos vehementes y otros suaves que se han cobrado 350 víctimas -o arqueros- en casi dos décadas… Goles son amores, dicen. Messi ya logró 793 en 1003 partidos, además de 350 asistencias y 42 títulos. Con 13 goles y 8 asistencias en cinco Mundiales. Números inéditos. Y para todos los gustos.

Pero, lo más importante, lo que siempre trasciende, es que Leo hizo feliz a mucha gente. A millones. En cada rincón del mundo. Por eso vemos su camiseta en niños, niñas, adultos y abuelos, de distintos continentes, razas y clases sociales. El amor y admiración por Messi trasciende todo. Y eso es su mayor logro, su mayor legado.

“Nadie es profeta en su tierra”, dice un refrán. Y, lo más emocionante, que ahora Leo lo es. Los anti-Messi ya no se escuchan, algunos han pedido perdón y otros se han llamado a silencio -para siempre-.

Lionel Messi 18-12-2022

Todo lo que decían, desde que no canta el himno hasta que camina la cancha, pasando porque no es líder, ya no se escucha. Al revés. La gran mayoría ha caído rendido a sus pies. Tal vez también porque Leo, ya pasados los 30 y tras sacarse la mochila de no poder ser campeón, cantó el himno más fuerte que nunca, habló fuerte cuando tuvo que hablar -contra rivales, los árbitros y hasta la FIFA- y aparecieron decenas de situaciones que dejaron claro que es un líder absoluto y que cuando camina la cancha está, en realidad, preparando su nueva obra de arte.

Ejemplos de cómo Messi conquistó a todos, chicos y grandes, los vemos a cada paso que damos. Durante el Mundial, un padre contó que en el último día del jardín de su hijo pidieron que los nenes fueran disfrazados. “Todos fueron vestidos como Messi”, contó, asombrado.

Y otro relató la anécdota de un club del amigo de su hija. “Cuando el fotógrafo pidió que sonrieran para la foto no dijo whisky, como siempre se ha ficho, pidió que dijeran Messi”, describió. Para muestra vale un botón. Sí, sonrían: Messi es argentino.

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