Los mejores 5 trucos para estirar la masa de la pizza

Dominar el proceso de estirado permite obtener una base uniforme y lista para hornear sin complicaciones.

Lograr una masa de pizza bien estirada es clave para obtener un plato delicioso y con una textura uniforme. Aunque pueda parecer sencillo, el proceso requiere de técnicas específicas que aseguren un resultado óptimo. Una masa mal manipulada puede romperse o no alcanzar el tamaño deseado, afectando tanto su cocción como su presentación.

El primer paso esencial es dejar que la masa repose durante 2 a 4 horas antes de trabajarla. Este tiempo permite que la levadura haga su trabajo, lo que se traduce en una textura más esponjosa y elástica. Esto facilita el estirado, haciendo que la masa sea mucho más manejable al momento de extenderla.

Otro truco infalible es el uso de harina de trigo de buena calidad al preparar la superficie de trabajo. Esto evita que la masa se adhiera y ayuda a conservar su forma mientras se estira. La elección de los ingredientes siempre marca la diferencia en el resultado final.

MASA PARA PIZZA
Presionar con las yemas de los dedos es clave para lograr el borde napolitano.

Presionar con las yemas de los dedos es clave para lograr el borde napolitano.

Cómo estirar la masa de la pizza

Para dar forma a la masa, se debe empezar utilizando las yemas de los dedos. Este método es ideal para presionar el centro mientras se forma un borde más grueso, como el de las pizzas napolitanas. Trabajar en movimientos circulares ayuda a distribuir el grosor de manera uniforme.

El siguiente paso implica usar las palmas de las manos para continuar ampliando la masa. Con esta técnica se asegura un tamaño adecuado sin comprometer su elasticidad ni romperla. Este método es ideal para obtener una base más grande sin perder su forma.

MASA PARA PIZZA
Airear la masa evita que pierda forma y asegura un resultado ideal.

Airear la masa evita que pierda forma y asegura un resultado ideal.

Finalmente, el truco más avanzado es airear la masa utilizando ambas manos cerradas. Este paso permite que la masa crezca de manera uniforme y evita que se encoja durante la cocción. En caso de que queden arrugas, pueden suavizarse con un leve aplanado antes de colocarla en el molde.

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