El desafío colaborativo de la descarbonización

Para alcanzar la escala que necesitamos, las inversiones de las compañías de servicios públicos en infraestructura baja en carbono deben alinearse con la industria pesada.

El esfuerzo mundial para alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 se enfrenta a un enorme desafío que requiere el compromiso de múltiples actores e industrias. En este contexto, si las industrias pesadas como es el acero, los metales y la minería, el cemento, los productos químicos, el transporte de mercancías y la logística, no logran descarbonizarse, sus emisiones de alcance 1 y 2 se convierten en emisiones de alcance 3 para otros grupos industriales. En pocas palabras, si la industria pesada no logra encaminar el rumbo hacia el cero neto, todo el sector fracasa.

Para ello, las empresas de servicios públicos (electricidad, gas o agua) juegan un papel clave para hacer que la descarbonización industrial sea asequible. Es vital porque, en la actualidad, los costos de la energía con bajas emisiones de carbono y el hidrógeno son demasiado elevados para permitir que los productos industriales ecológicos compitan con alternativas con mayor contenido de carbono. Sin medidas urgentes, es poco probable que sean competitivos en precios en el corto plazo.

Además de reducir los precios, las empresas de servicios públicos también necesitan aumentar masivamente la oferta de energía baja en carbono e hidrógeno para dar a la industria pesada la confianza de que su demanda será satisfecha. Sin certidumbre de suministro, es difícil invertir en la descarbonización de la industria pesada. En este sentido, el informe Net Zero Industry Tracker 2023 del Foro Económico Mundial y Accenture, estima que se necesitarán 13,5 billones de dólares para construir la infraestructura de energía limpia necesaria para descarbonizar ocho sectores de producción, energía y transporte. La nueva infraestructura energética incluirá una combinación de energías renovables, nuclear, hidrógeno verde y azul y soluciones más amplias de gestión del carbono.

No obstante, la descarbonización también depende de una expansión masiva de la red eléctrica que vaya a una velocidad que pueda al mismo tiempo satisface la demanda de la industria pesada.

Estrategias para alcanzar la descarbonización industrial

Hay una serie de estrategias importantes que ayudarán a que la descarbonización industrial se encamine hacia el cero neto. En primer lugar, la reducción de los costos de las nuevas infraestructuras será fundamental, y la digitalización desempeña un papel muy importante. A medida que maduren las tecnologías bajas en carbono, sus costos disminuirán naturalmente.

El mercado ya está teniendo en cuenta algunas reducciones de costos significativas hasta 2050. No obstante, esto requiere también colaboración y coordinación de las inversiones. Esto se observó en una investigación llevada adelante por Accenture "Powered for change" dónde se descubrió que, la falta de inversiones coordinadas en toda la cadena de valor ha llevado a un círculo vicioso de inacción.

En la actualidad, las empresas invierten individualmente o en pequeños grupos. Para alcanzar la escala que necesitamos, las inversiones de las compañías de servicios públicos en infraestructura baja en carbono deben alinearse con la industria pesada. Eso requiere una colaboración mucho más estrecha y decidida.

Todo esto llevará a que el sistema energético del futuro sea más complejo, distribuido, flexible, inteligente e interconectado. También será más interdependiente. Para construir este futuro, muchas partes, a menudo con intereses diferentes, deben trabajar hacia un objetivo común.

Finalmente, es crucial involucrar a las comunidades desde el principio, ya que la falta de confianza comunitaria ha causado retrasos significativos en la transición energética. Un mejor compromiso con la comunidad puede mejorar la aceptación local de la nueva infraestructura, reduciendo años en la planificación y las aprobaciones de permisos. Enfocar la conversación en los beneficios que los nuevos proyectos pueden traer a las comunidades locales, como la creación de empleos bien remunerados y seguros, puede facilitar la aprobación de proyectos.

La descarbonización de la industria pesada será un programa de décadas. Las empresas de servicios públicos evolucionarán sus estrategias a lo largo de ese período, pero es fundamental que cuenten con un plan desde el inicio. Esto implica entender su línea base, establecer metas de reducción de emisiones, diseñar una hoja de ruta que involucre a los líderes e incluir inversiones estratégicas en tecnología para la transición. Es crucial que estas compañías definan el papel que desean desempeñar en la descarbonización industrial y se preparen para colaborar más profundamente que nunca. El tiempo corre, y lo que suceda en los próximos tres años determinará en gran medida el éxito hacia 2050.

Belén Arce es gerente senior de sustentabilidad de Accenture.

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