Hernán "Pechu" Suárez cumplió el sueño de muchos chicos argentinos: debutó en Primera División con la camiseta del club de sus amores, Colón de Santa Fe. Sin embargo, distintos motivos lo alejaron del fútbol y lo llevaron a trabajar en una fábrica y, desde 2016, controlando colectivos.
Suárez llegó a las inferiores del Sabalero a principios de la década del noventa y, después de que el club consiguiera el ascenso en 1995, pasó a formar parte del equipo de Reserva. Al poco tiempo debutó en Primera y jugó en el recordado clásico de 1997 que Colón le ganó 2-1 a Unión, conocido como "el clásico del gol de Nelson Agoglia".
"Fue el mejor regalo que me hizo Dios futbolísticamente hablando. Fue un premio al pibe que arranca en inferiores con el sueño de jugar en Primera. Fui tocado por la varita mágica, porque delante de mí había muy buenos jugadores con mucho talento", contó al medio Uno.
Hernán Suárez, exfutbolista
Instagram @pechusuarez31
La historia de Hernán Suárez
Tras su paso por Colón, Suárez se fue a Douglas Haig de Pergamino. "En el segundo año de contrato me debían cuatro meses de sueldo. Es ahí cuando decido volver a Santa Fe, dedicarme a trabajar y dejar de jugar al fútbol. Necesitaba ir a comprar pañales y comida para mi hijo y el dinero era justo", explicó. Corría el año 2001 y tenía apenas 28 años.
Suárez entró a trabajar en una fábrica, hasta que en 2016 consiguió empleo en la Secretaría de Transporte de la provincia. "El ingreso se dio gracias a mi viejo, que trabajó siendo chofer de funcionarios. Un día le comentó a sus jefes que yo había dejado de jugar al fútbol y me dijeron que si me animaba a realizar un curso de capacitación", recordó.
El exfutbolista consideró que su actual trabajo en la terminal de micros "es más exigente que cuando uno era jugador de fútbol profesional, ya que ahora controlamos el transporte de pasajeros y cargas". A más de 20 años de su retiro, todavía hay hinchas de Colón que lo reconocen por la calle.
"Siempre agradezco a Dios por tener un trabajo efectivo. No me falta techo ni a mí ni a familia. Después, llegar a fin de mes con el dinero, llego como todos, con lo justo. Sin darme grandes lujos, pero poder cobrar a fin de mes es sentirse privilegiado", concluyó.