En qué momento la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires dejó de existir para dar paso a la Ciudad Autónoma

La reforma de 1994 otorgó auto gobierno a la capital. Un nuevo estatuto definió su estructura política y administrativa.

La Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (MCBA), denominación institucional desde 1880 tras la federalización, vivió una transformación que resultó trascendental al convertirse en la Ciudad Autónoma mediante la reforma constitucional de 1994. Esta evolución marcó el fin de una era caracterizada por un intendente designado y un Concejo Deliberante electo, dentro de un esquema donde la ciudad también tenía representación en el Congreso Nacional.

A lo largo de su existencia, la administración de la ciudad atravesó diversas etapas, desde su dependencia de las autoridades provinciales tras la supresión de los cabildos en 1821, hasta los intentos de federalización en 1826 que generaron fuerte resistencia. Tras un período bajo administración provincial hasta 1852, Justo José de Urquiza decretó la creación de una Municipalidad, buscando dejar los asuntos locales en manos de quienes tenían interés y capacidad para gestionarlos. La Constitución de 1853 la declaró capital de la Confederación, aunque la secesión de Buenos Aires postergó que se implemente de manera plena.

El camino hacia la autonomía fue sinuoso, marcado por la coexistencia tensa entre el gobierno federal y provincial tras la fijación de la residencia de las autoridades nacionales en Buenos Aires en 1862. La definición de límites territoriales, la federalización definitiva en 1880, y las fluctuaciones en la composición y el funcionamiento del órgano legislativo fueron hitos cruciales en la historia institucional de la ciudad, culminando en la reforma que le otorgó su estatus actual.

Ciudad de Buenos Aires

Cómo fue el cambio de Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a Ciudad Autónoma

La Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (MCBA), que había sido la forma de gobierno local desde la federalización en 1880, llegó a su fin con la reforma constitucional de 1994. Esta reforma introdujo un nuevo marco institucional especial para la Capital Federal, allanando el camino para la elección directa de sus autoridades y la adquisición de facultades de legislación propias. Según Raúl Alfonsín, la intención era que Buenos Aires se convirtiera en una ciudad-estado autónoma, manteniendo su rol como asiento del gobierno federal, diferenciándose así tanto de una provincia como de un municipio tradicional.

En 1996 se promulgó la ley 24588, conocida como ley Cafiero, que estableció ciertas limitaciones al futuro Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, garantizando los intereses del Estado nacional mientras la ciudad continuara siendo la capital. Ese mismo año, una convención convocada específicamente sancionó el Estatuto Organizativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que los convencionales denominaron Constitución. Durante su debate también surgieron desacuerdos entre fuerzas políticas, con algunos postulados defendiendo una mayor autonomía que lo previsto en la Constitución de 1994.

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El artículo 7 del Estatuto estableció la continuidad jurídica entre la Ciudad Autónoma y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, declarando a la primera como sucesora de los derechos y obligaciones legítimas de la segunda, así como de las competencias, poderes y atribuciones transferidas por la Constitución Nacional y la ley de garantía de los intereses del Estado Federal.

Finalmente, en 1996 se realizaron las primeras elecciones para Jefe de Gobierno, cargo que reemplazó al Intendente Municipal. El antiguo Concejo Deliberante cesó sus funciones el 10 de diciembre de 1997, siendo sustituido por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. De esta manera, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires dejó de existir formalmente, dando paso a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un nuevo esquema de gobierno y mayores atribuciones.

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