Hernán Luis Coronel es uno de los cantantes de cumbia villera más queridos por el público. Recital donde toca, recital donde la audiencia enloquece. Ya sea por su humildad, autenticidad u honestidad, hay algo en su personalidad que destaca en la industria: "Para empezar, no más te puedo decir que para mí la fama es puro cuento y es imposible que le de la espalda a alguien que me quiere saludar, me quiera abrazar o que quiera conocerme. Solo arriba del escenario siento que es mi misión de artista, después cuando termina el recital somos todos iguales. Me alegra mucho y me hace bien alegrar y hacerle bien a quien se lo merezca. Si son ratas tarde o temprano se alejan".
Con latiguillos como "Japish", "Gorra basuuura" y gestos particulares, Hernán critica una y otra vez a las "ratas". Cuando le preguntamos cómo definiría a este tipo de gente, es determinante: "rata es una persona que está para hacer mal en la vida de los demás. La gente que más se merece ser alegrada y ayudada es la gente humilde, la gente buena. Cuando hablo de gente humilde no hablo para nada de gente pobre, sino de personas bien intencionadas, que priorizan el bienestar ajeno antes del personal. Todo se resume a ayudar y a ser buena gente, o a ser rata y mala gente. Mucha gente relaciona gente humilde con pobreza. Yo conozco gente humilde que es re platuda, que no se persiguen a la hora de dejarle plata a alguien".
Embed - C5N on Instagram: "MALA FAMA EN EXCLUSIVA CON C5N El cantante de cumbia estuvo en una entrevista con @anarugilo y habló de lo que significa la “fama” para él: “Es puro cuento y es imposible que le dé la espalda a alguien que me quiera saludar”."
Uno de los últimos videos virales del cantante lo muestra saludando a los vendedores ambulantes que se asentaron fuera del domicilio de Cristina Kirchner, en Constitución. Es que él no teme posicionarse y lleva la bandera de justicia social a donde quiera que va.
Al respecto, confiesa: "Me posiciono porque, primero y principal, tengo la conciencia tranquila, porque debo hacerlo y porque si no lo hiciera ni yo mismo me consideraría digno de levantarme alegre. Cuando yo era chico mi mamá trabajaba en un geriátrico y me acuerdo de estar acostado al lado de una pileta, yo tendría cinco años, y vi a una hormiguita caminando. Yo agarré y le puse una piedrita arriba, al toque la saqué y la vi que había quedado mal. Nunca me pude olvidar de esa hormiga, me quedé años mal pensando en lo que le había hecho", afirma.
En relación a los tiempos que se viven actualmente en el país, reflexiona: "Los medios influyen y hacen que la gente se confunda en esta época, pero va a ir pasando. En general, los argentinos y argentinas son muy buenas personas. Casi todas las sanguijuelas están acá, concentradas en Buenos Aires, pero te alejás un poco y hay mucha gente humilde que vive más alegre y más segura. Lo que está pasando actualmente es que quieren aumentar la desigualdad entre los que mucho tienen y poco tienen. Casi en ninguna parte del país la están pasando bien".
Hernán siempre fue melómano y poco se sabe sobre sus comienzos como artista. Esto fue lo que dijo cuando le preguntamos sobre sus primeros pasos en el mundo artístico: "Yo estaba maravillado por la música. Mi hermano mayor tenía tocadiscos y escuchaba música muy buena. Cada vez que él ponía música yo iba y me pegaba ahí. También oíamos la radio, me acuerdo de 'Los 40 principales'. Llegaba el momento de las canciones favoritas de la emisora y yo pensaba '¡Uy! Ya va a llegar'. Cuando arrancaba la canción poníamos el cassette para grabarla y tener una copia de esa obra de arte. Tener una copia era hermosísimo porque no existían los cd, nada. Cuando se te enredaba la cinta del cassette te querías matar, yo me ponía a llorar. Yo escuchaba Bravo, Diego Torres, Sandro, Virus, Los abuelos de la nada... Mi hermano escuchaba mucha música en inglés también: The Police, Duran Dura, U2. A veces, cuando se dormía mi padre, llamábamos a la madrugada a la radio para pedir una canción. No sé en qué momento fue que me convertí en artista, pero lo que sí te puedo contar es que cuando tenía 4 años le hice una canción a mi hermano gemelo. De hecho Hernán de Mala Fama está durmiendo allá arriba en el cuarto (risas). Pero bueno, de chiquito ya hablaba como si estuviera cantando".
"No hice nada para buscar la fama o la plata. Es como la música que amo, la gente que amo, las comidas que me gustan, los lugares que voy... Después yo regalo todo lo que me dan. A veces veo fotos y videos y pienso '¿Dónde está esa pilcha?', la regalé. Igual, padezco esta empatía, porque ni a mí ni a casi nadie les alcanza para ayudar a tanta gente. Es feo. No puedo esquivar si veo que alguien está pasando una situación dura. Por ejemplo, ayer haciendo zapping vi en la tele como le pegaban a un pibito y fue horrible, ya al toque lo tuve que cambiar. Es horrible y se padece ser tan sensible, pero bueno, también nos quedamos con la paz y tranquilidad de saber que hacemos lo mejor que podemos", concluye.