“Puede más la indiferencia de tu gente que la bala más voraz del enemigo”, canta Ciro Martínez en el tema Héroes de Malvinas. La indiferencia es una de las peores actitudes que puede tener una sociedad. Indiferencia es no hacerse cargo de aquello que está latente aunque se lo pretenda silenciar.
Como cada 2 de abril se conmemora el día del Veterano y de los Caídos en la Guerra. Esta fecha recuerda el desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas en 1982. Como cada 2 de abril, se pone en juego hasta dónde la indiferencia puede estar presente y hasta dónde se transforma en compromiso. Porque para que no haya indiferencia es necesario tener una memoria activa. Es preciso, saber qué se recuerda, para qué y porqué se recuerda un hecho, es clave para entender las disputas que se tejen alrededor de la memoria.
Por eso, para que el olvido no se imponga es necesario pensar la cuestión Malvinas a partir del concepto de soberanía nacional. La de ayer y la de hoy, En el Derecho Internacional la soberanía es el ejercicio del poder por parte de un Estado. Nuestro país reivindica la soberanía de las Islas Malvinas, Georgia del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes.
Pero la soberanía también es la identidad que construye un pueblo, es aquello que une y es común a todos sus habitantes. Es ese “nosotros” que nos da un sentido de pertenencia. Y es un nosotros que supone valores, historias, experiencias comunes. Es un nosotros que perdura en el tiempo en la medida que se lo pone en valor. La soberanía implica una apuesta por el lazo social, por ser parte de algo común. Un pueblo sin soberanía, es un pueblo triste. Es una disolución nacional, es creer que no tengo nada en común con el otro, es un pueblo más fácil de dominar. Es la fragmentación de ese “nosotros”, roto en pedazos.
Los gobiernos reaccionarios suelen querer despojar de soberanía y memoria a los pueblos. Por lo general, desprecian la defensa de los recursos que son estratégicos para el desarrollo integral del país. Suelen ser indiferentes con demandas que impliquen confrontar con las potencias centrales. No es casualidad que siempre dejen en un plano secundario la cuestión Malvinas. No es casualidad que de a poco pero sin pausa inviten a dar vuelta la página y dejar atrás esta lucha nacional.
Las Malvinas son una causa nacional pero también regional ya que están en juego los recursos de América del Sur. Ocupan un lugar geoestratégico para la política internacional.
En este nuevo aniversario es bueno recordar que los combatientes de Malvinas pelearon por defender la soberanía nacional pero además parieron la democracia, ya que Malvinas fue una condición imprescindible para ponerle un punto final al partido militar en Argentina.