Cómo piensan los ricos y las elites en Argentina

Desde el mito fundacional de la generación del 80 y del lema "civilización y barbarie", las clases altas argentinas vienen construyendo ideales que poco tienen que ver con la realidad.

¿Cómo los ricos? ¿Cómo piensan las elites en Argentina? ¿Por qué cada vez que se propone hacer algún tipo de aporte extraordinario inmediatamente arranca toda una campaña denunciando que eso es "violar la propiedad privada", que se trata de una "medida populista" y que eso "puede poner en peligro la estabilidad?

Acá conviene remitirse un poquito a la historia. Cuando se construyó nuestra Nación, siempre las élites tuvieron esa idea de creer que eran los pioneros, que de alguna manera este país se hizo grande debido al rol que tuvieron las grandes oligarquías, y esto llevó a un mito fundacional, muy ligada al lema civilización o barbarie.

Cuando la historia en realidad fue al revés: los que más hicieron para que el país crezca fueron los inmigrantes, los gauchos, los pueblos originarios. Las élites siempre estuvieron dedicadas a exportar materias primas y no mucho más que vivir de rentas.

De ahí es que puedan comprenderse algunas características que tienen estas élites:

La primera es que son profundamente antipopulistas. La segunda es que confunden sus privilegios con derechos. Piensan que esa situación es algo natural, es algo que les corresponde, cuando no es así. Y tercero, es que son depredadoras. Esto significa que en función del negocio no importa lo que sucede en el resto del país.

No hay un proyecto de nación integral, sino que es un proyecto muy ligado a esa necesidad de ellos.

Por eso gran parte de su patrimonio, de su capital, no lo invierten en el país, sino que por el contrario lo fugan, algo que se llama proceso de offshorización, a través del cual el país no se queda nada, solo con muchas deudas.

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