El debate sobre si es preferible llevar corpiño o no generó muchas dudas a lo largo del tiempo. Mientras algunos consideran que esta prenda es indispensable para brindar soporte y comodidad, otros aseguran que prescindir de ella podría aportar beneficios a la salud. Pero, ¿qué dice realmente la ciencia al respecto?
A pesar de la controversia, los expertos coinciden en que no existe una relación directa entre el sostén y el desarrollo de enfermedades, aunque sí hay ciertos factores a tener en cuenta para garantizar el bienestar mamario. Para aclarar las dudas, la ginecóloga Melissa Pereyra, especialista en salud femenina, desmiente algunos mitos y ofrece recomendaciones sobre cómo elegir el corpiño adecuado y cuándo es conveniente usarlo o evitarlo.
Qué dicen los estudios: ¿es mejor usar o no usar corpiño?
Uno de los mitos más extendidos es que el uso de corpiño podría estar vinculado al cáncer de mama. Sin embargo, la Dra. Pereyra es tajante al respecto: no hay ninguna evidencia que respalde esta afirmación. De hecho, un estudio realizado en 2014 con más de 1.500 mujeres concluyó que no existe relación alguna entre el sostén y el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, los verdaderos factores de riesgo incluyen la edad, antecedentes familiares, densidad mamaria y mutaciones genéticas.
Otro punto de discusión es si el uso del corpiño previene la caída de los senos. Según la experta, esto no es cierto. La flacidez mamaria se debe a la pérdida de elasticidad del tejido con el paso del tiempo y puede verse influenciada por factores como la lactancia, el sobrepeso, la pérdida de peso abrupta y el tabaquismo. Aunque un corpiño puede proporcionar soporte, no evita que el tejido ceda con el tiempo.
En cuanto al dolor mamario, Pereyra destaca que el corpiño en sí mismo no es perjudicial, pero elegir el modelo incorrecto podría intensificar molestias en mujeres con displasia mamaria u otras afecciones benignas. Para evitar incomodidades, recomienda elegir un diseño sin aros, de talla adecuada y que brinde un ajuste cómodo sin generar presión excesiva.
Respecto a la elección del modelo ideal, Pereyra remarca que debe adaptarse a las necesidades individuales. Prefiere los de algodón por su capacidad de absorción y su suavidad sobre la piel. En cambio, sugiere evitar telas sintéticas de uso frecuente, ya que podrían generar irritaciones. Además, advierte que los corpiños con aros deben estar en buenas condiciones para evitar molestias o reacciones alérgicas en contacto con la piel.
Sobre el uso nocturno del corpiño, la especialista recomienda dormir sin él para permitir que la piel respire y favorecer la circulación sanguínea. No obstante, reconoce que algunas mujeres prefieren llevarlo por comodidad, en cuyo caso sugiere modelos sin costuras, sin aros y de materiales transpirables.
Otro aspecto relevante es el impacto del corpiño en el dolor de espalda. En mujeres con senos grandes, un sostén adecuado puede mejorar la postura y reducir molestias musculares. Estudios de la Universidad de Harvard indican que un buen soporte puede aliviar la tensión en los ligamentos de Cooper y prevenir el desgaste del tejido mamario durante la actividad física.
En el caso de la lactancia, esta profesional advierte que usar un corpiño inadecuado, especialmente con aros o demasiado ajustado, podría provocar mastitis al obstruir la circulación de la leche. Por ese motivo, recomienda inclinarse por diseños específicos para esta etapa, que sean cómodos y permitan un buen flujo de leche materna.
Por último, en cuanto a la higiene del corpiño, expertos sugieren lavarlo cada dos o tres usos, aunque esto dependerá del nivel de sudoración y la actividad diaria. Un uso prolongado sin lavado podría acumular bacterias e irritar la piel. Con respecto a la pregunta inicial, sobre su uso, la decisión será personal y se basará en la comodidad y necesidad de cada mujer. Más allá de los mitos, es muy importante elegir prendas que se adapten bien al cuerpo y permitan una buena salud mamaria.