La temporada alta de verano sigue encendida, aunque con estadías más cortas producto de lo caro que se volvió vacacionar en Argentina. Es por eso que, apenas llega el fin de semana, miles de turistas se trasladan a la costa atlántica. Pasar por Atalaya, en Chascomús, es una parada obligada para llevarse las medialunas más emblemáticas de la ruta 2.
C5N visitó uno de los paradores, que ya durante las primeras horas de la mañana se encontraba bastante concurrido. Paula Avellaneda dialogó con Juan, gerente general del comercio, quien mostró detalladamente la oferta gastronómica del local, que ya no ofrece solamente de medialunas.
"Ganan por afano las medialunas rellenas con dulce de leche, aunque las de pastelera también tienen sus fanáticos", contó Juan sobre los productos con mayor demanda y más elegidos por los clientes.
Las medialunas son el producto estrella del local, que ahora también ofrece otras variantes: "Las saladas tienen una particularidad, es la única salada de Argentina que es 100% manteca", reveló Juan.
Atalaya, una parada obligada sobre la ruta 2
Fundado en 1942, Ángel y Odilio García vieron la oportunidad de construir un parador entre la ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata en la época en que empezaba el auge de vacacionar en las playas argentinas. Pese al éxito de la apuesta, una decisión personal hizo que unos años después de haber abierto el local, lo pusieron en venta.
“Mi abuelo vio la oportunidad y la compraron con su socio, y hoy ya somos la tercera generación que estamos a cargo de la empresa”, relató el director de la empresa, Juan Ignacio Castoldi, en diálogo con C5N.
El local se mantiene en el mismo lugar de siempre, pero experimentó un cambio y crecimiento rotundo: “Antes era un lugar muy chiquito, más destinado a la comida española, inclusive llegó a funcionar una parrilla, pero todo eso fue cambiando. De a poco los viajantes pasaban y tenías que tener una oferta como el café con leche con medialunas, el desayuno más tradicional de la Argentina. Ahí desarrollamos una receta que en la década del '70 empieza a hacerse muy famosa”.
El atractivo del local era tomarse unos minutos a la vera de la ruta antes de llegar a destino, disfrutar de una comida tradicional y seguir, pero una receta lo cambió todo. “En esa década empezamos a sonar como parador ‘histórico’ o ‘mítico’ de la ruta por esa receta que hizo uno de los socios, la familia Rey, qué gustó y pegó mucho en el público. Una receta distinta”, especificó Castoldi.
Cuando comenzó a funcionar no existían las redes sociales, por lo que fueron los propios turistas los que convirtieron estas medialunas en las más prestigiosas de la ruta con destino a la playa. Pero también siempre fue un sello distintivo su edificio con estructura circular.