Cuenta la leyenda que hace años el Centro Cultural Recoleta organizó una exhibición de pinturas de jóvenes artistas. Al terminar la muestra cada uno retiró el cuadro que había llevado. Pero uno quedó colgado en la pared, sin reclamar: el cuadro parlante.
La imagen era inquietante y se dice que hacía referencia al demonio o al apocalipsis. Representaba a un hombre sentado al lado de un árbol y con una serpiente a sus pies. La estética era similar a un Dalí, algo abstracta, y la mirada del hombre era tenebrosa.
Como nadie volvió a buscar el cuadro, los empleados lo envolvieron en papel y lo guardaron en uno de los sótanos del Centro Cultural. Nadie se acordó de él hasta que un sereno comenzó a escuchar ruidos extraños durante la noche.
Por varios días el hombre escuchó lo que parecía ser el grito de una niña pequeña. Una noche decidió bajar a los sótanos a investigar de dónde provenía el sonido, pero no encontró nada fuera de lo normal.
Al mismo tiempo varias personas empezaron a contar que, en un sector del Centro donde había muy buena acústica, se podía escuchar una voz que susurraba fechas. La leyenda afirma que si alguien escuchaba una significaba que esa era la fecha de su muerte.
Hubo empleados que aseguraron que no había nada esotérico, sino que simplemente el cuadro parlante tapaba un hueco en la pared donde se escondían para descansar. Dicen que los propios trabajadores se divertían hablándole a los visitantes para asustarlos o incluso insultarlos.
Pero esa versión nunca pudo ser comprobada y el cuadro desapareció. El mito cuenta que uno de los empleados del Centro Cultural se lo llevó a su casa. Sin embargo en el lugar todavía se escuchan sonidos extraños, y es imposible decir si provienen de los sótanos o del vecino Cementerio de la Recoleta.