El brutal ataque de Rusia a la terminal de trenes de Ucrania de Kramatorsk dejó un saldo lamentable: al menos 50 personas murieron y otras 100 terminaron heridas. Además de los graves resultados, el ojo fue puesto en la cruel frase escrita en el misil que fue lanzado por las tropas rusas.
“Por nuestros niños”, se observa que dice en la bomba. Esta inscripción, utilizada a menudo por los separatistas prorrusos, tiene que ver con una venganza devenida de los niños que murieron en la guerra del Donbás, que comenzó en 2014.
"Más de 50 personas murieron y más de 100 resultaron heridas tras un disparo de cohetes contra la estación (...) Es un ataque deliberado", expresó en Telegram el responsable de la empresa ferroviaria ucraniana Ukrzaliznytsia, Oleksander Kamishin.
Las víctimas del ataque estaban esperando a la llegada de una formación. Dentro de la estación había rastros de sangre que fueron pisoteados y trasladados hacia el exterior por las personas que intentaban salir de allí, según reportó AFP.
Frente a la estación quedaron varios automóviles carbonizados y los restos de un misil. La zona estaba plagada de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros.
Sobre lo ocurrido, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, repudió los “métodos inhumanos” de las fuerzas de Rusia y amplió en Telegram: "Como no tienen fuerza ni valor para enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, destruyen cínicamente a la población civil. Es una maldad sin límites. Y si no se castiga, no cesará jamás".