Crimen de Susana Montoya: la amenaza que estaba escrita en pared de la casa contra sus hijos

Organismos de Derechos Humanos, mediante un comunicado, han exigido “a la Justicia de Córdoba y al Poder Ejecutivo la urgente investigación y esclarecimiento del hecho".

El 2 de agosto, Fernando Albareda encontró a su madre, Susana Montoya, asesinada su casa, en el barrio Ampliación Poeta Lugones (Córdoba). En una de las paredes había una amenaza de muerte hacia sus hijos. No es la primera vez que la familia Albareda recibe amenazas. En diciembre del año pasado dejaron en la casa del militante de HIJOS panfletos intimidatorios y 6 balas.

Luego de que Susana Montoya, su madre, no le contestara el teléfono, Fernando Albareda fue a la casa de la mujer. Tuvo que ingresar desde la casa de un vecino. Así encontró a su madre, de 74 años, asesinada. Tenía golpes en la cabeza y un corte en el cuello. En las paredes, había una pintada hecha con lápiz labial rojo que decía: “Los vamos a matar a todos, ahora vamos por tus hijos. #Policía”.

El 8 de diciembre de 2023, dos días antes de la asunción como presidente de Javier Gerardo Milei, el militante de HIJOS encontró en su casa una serie de panfletos con dibujos de cruces esvásticas en los que lo amenazaban. En uno se leía “Sos hijo de Terrorista. Se te terminaron los amigos de la Policía. No vayas más a la EZC [escuela] ni a la Jefatura. Vas a morir. Te vamos a juntar con tu papito”. También le dejaron 6 balas calibre 22 largo. Albareda denunció el hecho en la justicia, que fue caratulado como amenazas calificadas. La causa quedó en manos de la Fiscalía del Distrito cuatro Turno 3 de Córdoba. No tuvo avances hasta el momento.

La militancia de Albareda, que era apoyada por su madre, comenzó por la desaparición de su padre, el subcomisario Ricardo Fermín Albareda, quien fue secuestrado, torturado y asesinado en 1979. El operativo del secuestro estuvo a cargo del D2, el Departamento de Informaciones de la policía de Córdoba, un departamento de Inteligencia. Fue llevado al centro clandestino de detención conocido como “El Embudo”. Albareda hizo un pedido de “Reparación Histórica” por no saber dónde está el cuerpo de su padre –delito que no prescribió–. Por este motivo tuvo reuniones con referentes de la Policía de Córdoba.

Lo recibió la jefa de la Policía, Liliana Zárate, junto a integrantes de la cúpula policial que, aceptaron el delito que se cometió desde la institución. Albareda describió que se dialogó en buenos términos. El expediente quedó trabado en dependencias del entonces gobernador Schiaretti. También relató que en los últimos meses fue invitado por la Escuela de Cadetes de la Policía para que diera un ciclo de charlas sobre Derechos Humanos como parte del plan de estudios de los futuros agentes, algo que se iba a llevar a cabo desde este año, para que forme parte de la currícula de los aspirantes a agentes. Por esta historia, resultan particularmente graves las amenazas de diciembre y la firma de “#policías” en la pintada de la escena del crimen.

Organismos de Derechos Humanos, mediante un comunicado, han exigido “a la Justicia de Córdoba y al Poder Ejecutivo la urgente investigación y esclarecimiento del hecho, como también de las amenazas sufridas a todos los integrantes de su familia denunciadas con anterioridad”, Además se reclamó por “la seguridad y protección efectiva ya al compañero Fernando Albareda y a toda su familia”.

Este asesinato ha ocurrido en medio de un clima de reivindicación a la dictadura cívico-militar de 1976, que incluye la defensa de la vicepresidenta Victoria Villarruel, familiar de genocidas, a lo ocurrido en el Proceso, la visita de diputados de La Libertad Avanza a genocidas condenados por la Justicia que cumplen su condena en Ezeiza y el negacionismo de Milei.

El Presidente, en la apertura de sesiones en el Congreso, ironizó sobre la cantidad de desaparecidos. Se pretende acabar con el histórico “30.000 desaparecidos”, como si bajar el número de víctimas minimizara la gravedad de lo ocurrido: el Estado deteniendo, torturando y desapareciendo personas acusadas de “comunistas” sin juicio previo y en la clandestinidad. “Comunistas” es el término que Milei usa despectivamente para descalificar a quienes se le opongan.

Por Gabriel Di Taranto

DEJA TU COMENTARIO: