Tres mujeres, una sentada en un sillón y dos de ellas más jóvenes junto a la líder del peronismo. Cristina Kirchner en el centro de todos, detrás su biblioteca, todos posando para eternizar el encuentro que ocurrió este domingo, por la noche, luego de la celebración interreligiosa, que algunos medios mal llamaron misa. Había sido convocado por la “Mesa Ecuménica”, con la frase de Deuteronomio 16:20: “Justicia, justicia perseguirás”.
“Nos unimos para pedir justicia frente a su falsa condena manipulada por fuera de la ley y la racionalidad jurídica e impulsada por el poder económico”, contó en sus redes sociales el grupo “Curas de Opción por los Pobres”, que motorizó la celebración entre distintos credos frente al silencio de los obispos, es decir los gobernadores eclesiales de la iglesia católica que se organizan en la llamada Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
El sacerdote Francisco “Paco” Olveira, de la diócesis bonaerense de Merlo, en la localidad de Libertad capilla barrio Eva Perón, leía en la celebración interreligiosa y dirigiéndose a Cristina dijo que “el Evangelio nos habla de una viuda que insistía frente al juez injusto para que le hiciera justicia. Este juez injusto terminó haciendo justicia no porque se convirtiera en sus malas acciones sino simplemente porque no quería escucharla más. La mujer viuda es hoy el pueblo acá reunido y en tantos puntos de nuestro país que sabe que eres inocente y no va bajar los brazos hasta volver a verte libre. Es también este pueblo el que no va permitir que te humillen con la cárcel", explicó el cura Olveira desde un pequeño escenario en la esquina de las calles San José y Humberto Primo, en el barrio porteño de Constitución.
"Se han corrido demasiados límites y todos sabemos que cuando la cuerda se estira demasiado se termina rompiendo. Somos herederos de los 30 mil, que decían la vida por Perón y muchos la dieron, o mejor dicho se la sacaron, decimos sin tapujos la vida por Cristina, y estamos dispuestos a poner el cuerpo y darla literalmente, porque no queremos que nos proscriban el futuro y la esperanza”, completó.
El altar era una pequeña mesita, con dos velas dentro de los vasos de vidrio, junto a dos galletas de pan, y una cruz católica de madera. Desde allí acompañó el sheik Mosend Alí, la pastora metodista Viviana Pinto, el miembro del Llamamiento Argentino-Judío, Jorge Elbaum, y entre el público el rabino Damián Karo.
Luego de la oración, los cantos y los testimonios en el acto de fe fueron invitados una comitiva a la casa de la expresidenta de la Nación, actualmente condenada por la causa vialidad e imposibilitada a presentarse como candidata.
Fue el diácono Ricardo “Rycky” Carrizo quien contó a C5N que la vio “muy entera, consciente de todo, y preocupada por el futuro del país. Además, nos contó que estuvo escuchando la celebración”, agregó Carrizo.
Por otro lado, Juan Torreiro, director de culto del gobierno de Axel Kiciloff y militante de Patria Grande (el partido de Juan Grabois), afirmó a este medio que “Cristina está muy bien, muy fuerte, con su Rosario al pecho” y añadió: “Habló mucho de estar con la gente que sufre, los jubilados, el Garrahan, los discapacitados, los pobres “.
El encuentro en el departamento de la expresidenta duró media hora y terminó con el rezo de un Padre Nuestro.
Además entre quienes acompañaron la reunión estaba Gladys Gonzáles, Agustina Guerreros, ellas evangélicas, junto al pastor Diego Mendieta, con su bebé sentado en la pantorrilla; se sumó el cura villero Jorge “Chueco Romero (de Ciudad Oculta) que llevaba una estola al cuello con los colores de los pueblos nativos; parado de la punta izquierda con anteojos y bolsa en mano, el cura Eduardo De La Serna, también el diácono David Emanuel Lopéz, y los sacerdotes: Ignacio Blanco, Juan Carlos Molina (de buzo color rosa), Roberto “Bachi” Angeli, Cristian Damián Latricciano, Marcelo Ciaramella, Carlos Goméz y Lautaro Belloni.