La historia del asesino Andrei Chikatilo, el carnicero de Rostov: abusaba y mataba a niños y mujeres

El nombre Andrei Chikatilo está ligado a uno de los episodios más aterradores de la historia criminal de la ex Unión Soviética. Apodado el carnicero de Rostov, este asesino en serie dejó una marca indeleble debido a la brutalidad de sus actos y a las fallas en las investigaciones policiales que le permitieron operar durante más de una década.

Nacido en 1936 en Ucrania, su infancia estuvo plagada de pobreza extrema y traumas, incluyendo rumores de canibalismo durante la Gran Hambruna. Estos eventos moldearon una personalidad llena de resentimiento y odio hacia sí mismo. En 1978, ese odio se transformó en violencia cuando comenzó a atraer a mujeres y niños desde paradas de autobús y estaciones de tren, lugares donde la vulnerabilidad de las personas lo favorecía.

Durante más de 12 años, Chikatilo llevó a cabo sus crímenes con un patrón sistemático y sádico. Su impotencia sexual alimentaba su agresión, lo que lo llevaba a abusar y asesinar con extrema crueldad. A pesar de la magnitud de sus actos, las limitaciones tecnológicas y los prejuicios dentro de las investigaciones dificultaron su captura.

Suelo transporte

Las paradas de autobús y estaciones de tren, los escenarios elegidos por Chikatilo.

Quién era Andrei Chikatilo, el carnicero de Rostov

La racha de asesinatos de Chikatilo comenzó en 1978 con el asesinato de una niña de nueve años, un crimen que marcaría el inicio de su historial de atrocidades. Entre 1978 y 1990, asesinó a 52 personas, principalmente mujeres y niños, aprovechándose de su vulnerabilidad y dejando un rastro de horror que estremeció a la sociedad soviética.

Además de la crueldad de sus métodos, su capacidad para evadir a las autoridades durante tanto tiempo evidenció serias falencias en el sistema de justicia soviético. La falta de tecnología avanzada y los prejuicios sobre los perfiles criminales hicieron que los investigadores no lo consideraran sospechoso en un principio.

Carnicero de Rostov 2

El arresto de Chikatilo puso fin a una década de horror en la ex URSS.

Su captura en 1990 representó un giro crucial en la justicia soviética. Tras un exhaustivo interrogatorio y recopilación de pruebas, Chikatilo fue condenado a muerte y ejecutado en 1994. Este desenlace puso fin a uno de los casos más oscuros de la historia del país, pero dejó un legado de interrogantes sobre las fallas en la prevención y las estrategias para evitar crímenes similares en el futuro.