Una beba recién nacida fue asesinada a golpes en el partido bonaerense de General Rodríguez. Por el crimen, la Justicia detuvo a su madre y a su novio.
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Magalí Cruceño y su novio, Ariel Yedro, quedaron a disposición de la Justicia. La autopsia de la pequeña reveló que presentaba un aplastamiento de cráneo, tres costillas rotas del lado izquierdo y tenía moretones en el cuerpo.
Una beba recién nacida fue asesinada a golpes en el partido bonaerense de General Rodríguez. Por el crimen, la Justicia detuvo a su madre y a su novio.
El caso quedó al descubierto luego que la madre de la pequeña, identificada como Magalí Cruceño, fuera trasladada por una ambulancia del SAME al Hospital Vicente y Planes con la niña en brazos y, al quedar internada en el sector de neonatología, el personal de salud que atendió a la parturienta observó “lesiones en laringe con sangrado abundante, hematomas en maxilar inferior y zonas de equimosis (moretones)”, por lo que la nena murió tras ingresar al nosocomio.
La sospechosa, que dijo que su pareja Ariel Yedro había querido tener el parto en su casa, quedó hospitalizada con custodia policial en el área de ginecología del sanatorio, mientras que su pareja fue aprehendido este domingo.
Según reveló la autopsia, la menor presentaba un aplastamiento de cráneo, tres costillas rotas del lado izquierdo y tenía moretones en todo el cuerpo, al tiempo que el homicidio fue cometido a pocos minutos de haber nacido.
La fiscal Gabriela Urrutia, de la Unidad Fiscal de Instrucción número diez del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez, imputó a las personas por el delito de homicidio agravado.
Luego que se constatara la causa de la muerte de la beba recién nacida, la justicia ordenó la detención de Magalí Cruceño, de 31 años y a su novio, Ariel Yerdi, de 33 bajo, acusados de haber matado a golpes a la niña que ella había dado a luz en su propia casa.
“Un hecho aberrante. Ni el cordón umbilical le habían cortado”, precisó una fuente de la investigación consultada por Primer Plano Online y aseguró que “ni una lágrima se les cayó”.
Ambos fueron citados a declarar ante la fiscal Urrutia, pero se negaron a declarar. La sospechosa quedó hospitalizada con custodia policial en el área de Ginecología del sanatorio.